2 de abril de 2012

Hormiga

Y de repente abrió los ojos, la confusión casi tapaba su dolor de cabeza, se llevo una mano a su frente rascó un poco la sangre seca que formaba ya una costra en ella fue cuando por fin empezó a tomar conciencia de donde se encontraba, el fregadero, la lavadora, la nevera, era una cocina, pero una cocina totalmente desconocida, no recordaba nada de lo que ahí veía, se incorporo sobre el fregadero y abrió el grifo, al mojar sus manos las vio rojas, completamente cubiertas de sangre que se iba craquelando a cada movimiento, las lavó como pudo, tanto como le dejaron sus nervios, después su cara, se dio cuenta de que tenía una herida en la frente, posiblemente era lo que le había causado el dolor de cabeza y no recordar donde ni porque estaba ahí, salió de la cocina.
Llegó a un salón, televisión, sofá, mesa con sillas, ventana, cortina, todo normal, menos por el detalle de que seguía sin saber donde estaba, fue al mueble donde estaba colocada la televisión, registro cada uno de los cajones, revistas, anuncios de locales de comida rápida, pilas, mandos a distancia, nada que le indicara con exactitud donde se encontraba, decidió probar suerte con la primera puerta que encontrara en el pasillo, fue hacia él.
La primera puerta que encontró era la del baño, pudo verse la cara en el espejo sobre el lavabo, registro los muebles de allí, poco más que medicamentos y botes de colonia, volvió a mirarse en el espejo, solo un rostro desconocido de ojos verdes al que no conseguía encajar en ningún sitio, se giro sin pensar demasiado en eso y se dirigió a la puerta inmediatamente delante del cuarto de baño.
Cuando la abrió un brillo rojo cubrió su rostro, era un dormitorio, con una cama de matrimonio de sabanas blancas, dos mesitas de noche, un armario empotrado y suelo enmoquetado, todo como hasta el momento dentro de la más absoluta normalidad, menos por el cadáver completamente desfigurado y mutilado que yacía sobre la cama coloreando las sabanas, el suelo estaba cubierto de huellas rojas, no se dejo amedrentar por la escena y entro, lo primero que pudo comprobar era que las huellas encajaban con las suyas, algo le impuso a examinar el cuerpo de cerca, se acerco cuando pudo a lo que antes había sido el rostro, un leve susurro recorrió sus oídos, algo que sonó como viento, salía de la boca del cadáver, en lugar de asustarse acerco su oído a la boca.
Un susurro muy suave, imposible de oír a más de un centímetro de distancia
- - Te odio
Antes de que pudiera darse cuenta el cadáver le estaba cogiendo por el cuello, apretando con una fuerza sobrehumana, por más que intentaba separarse no lo lograba, cada vez más fuerte, cada vez le costaba más respirar, empezaba a notar como su vida se escapaba y justo cuando sentía que se había acabado todo, el cadáver abrió sus ojos y grito
- - - ¿Por qué me abandonaste?
Se levanto de golpe, eran las cuatro y media de la madrugada, llevo sus manos directamente a su cuello, el sudor frio caía por su frente, otra vez ese sueño, sabia de sobra que no volvería a dormir esa noche, dejo la radio encendida y se quedo mirando al techo de su habitación a oscuras hasta que sonó el despertador.