29 de diciembre de 2013

Gusanos de tierra


No paraba, no había opción para frenar, su caballo atravesaba la meseta a toda velocidad, hacia un rato que no le seguían, pero aun así no podía sentirse tranquilo, apenas quedaban un par de kilómetros para llegar a la ciudad, pero en terreno abierto era un blanco fácil  la tranquilidad no duro demasiado, la tierra comenzó a temblar a su paso, lo habían atrapado, la tierra comenzó a desquebrajarse, dos gusanos de tierra enormes se abrían paso con dos jinetes en sus lomos, sabía que la gente que vivía bajo tierra criaba gusanos para comer, pero no que llegaran a ese tamaño y mucho menos que los usaran como montura, ahora la cosa se había complicado.

- A ver, a ver, entonces son unos tíos que viven bajo tierra y que usan gusanos gigantes como monturas

- Si, esa es la idea

- Y van montados sobre los gusanos, mientras los gusanos se abren paso bajo tierra

- Sí, eso parece

- ¿Pero no debería arrastrarlos la tierra? Es decir, si van montados y los gusanos van a través de tierra, los jinetes estarían golpeándose continuamente contra un muro de tierra ¿no?

- Ahora que lo dices, si, pero yo que sé, imagina que los gusanos tienen como una especie de púas para excavar la tierra y moverse por ella y son grandes, los jinetes podrían ir cubiertos por una de estas púas y listo

- Si bueno, es plausible, pero podrías escribir sobre otra cosa

- ¿Cómo qué?

- Algo que no hubieras hecho antes, no sé, dinosaurios

- ¿Dinosaurios? Ya está todo escrito sobre dinosaurios

- No creas, además seguro que se te ocurre algo, no sé, algo con triceratops y algún científico

- Sí, que encuentra un hueso y se hace un caldo 

22 de diciembre de 2013

El Extraño (2/-)


Edward llevaba un par de horas caminando por el bosque, seguía el rastro de una manada de huargos o eso le habían asegurado esa mañana en la posada de la ciudad, el sabia de sobra que los huargos no existían.
La posada era el mejor lugar para encontrar información, alcohol o una muerte rápida, dependía bastante de la actitud con la que entraras, aunque esa mañana Edward solo buscaba algo de alcohol y reposo, asi que se acerco a la barra y le pidió al tabernero una pinta de cerveza.

- Nunca te había visto por aquí, ¿de dónde eres?

- No tengo un hogar, se podría decir que soy un vagabundo

- ¿Y como se supone que me va a pagar un vagabundo esta cerveza?

- Soy un hombre para todo, un mercenario tal vez, como quieras llamarlo, viajo por el mundo y acepto trabajos, no te preocupes por el dinero

- Oh vaya, eso cambia las cosas, en ese caso, págame la cerveza y ve a la mesa del fondo, donde están aquellos tres viejos, posiblemente tengan algo para ti.

No tenía nada mejor que hacer, así que no rechazo aquello y se encamino hacia la mesa del fondo, jarra de cerveza en mano, mientras llegaba podía ver como tres hombres hablaban de forma muy llamativa, movían mucho los brazos como si discutieran, conforme avanzaba podía captar trozos de la conversación, hablaban sobre robos, robos de ganado, pero no robos normales, si no asaltos de bestias al ganado.

Llegó a la mesa y se sentó sin que ninguno de los tres hombres se percatara de él, bebió un sorbo de su cerveza y la puso en la mesa con un golpe seco, los tres viejos lo miraron

- ¿Qué se te ha perdido aquí muchacho?

- Bueno, acabo de llegar a la ciudad y busco trabajo, el tabernero me dijo que aquí podría encontrarlo

- No creo que seas capaz – dijo otro de los viejos

- Se necesitan agallas para esto –dijo el que hasta el momento no había pronunciado palabra

Edward volvió a agarrar la jarra de cerveza – ponedme a prueba – volvió a pegar un trago

- Huargos, chico, huargos

Edward dirigió su mirada al viejo que había dicho eso y soltó de nuevo su jarra

- ¿Unos huargos se comen vuestro ganado?

Un par de horas más tarde estaba atravesando el bosque en busca de algún rastro de los huargos, Edward sabia de sobra que los huargos no existían, solo eran cuentos, mitos, posiblemente se trataría de una manada de lobos salvajes, con un tamaño más grande de lo habitual, a fin de cuentas, ya lo habían contratado para cazar huargos en el pasado y siempre había sido igual, una manada de lobos rabiosos y más grandes de lo normal.

Acababa de encontrar un rastro que lo había llevado hasta una cueva, antes de entrar desenvaino su espada y la unto con aceite, con toda la cautela que pudo reunir entro en la cueva, el silencio y la oscuridad lo inundaba por completo, avanzaba con el brazo izquierdo pegado a la roca y el derecho empuñando su espada,  sus ojos permanecían cerrados pero su nariz olfateaba cada centímetro de la cueva, conocía muy bien los olores, tierra mojada, roca húmeda, excrementos, algo vivo, sea como fuera en esa cueva había algo mas y siguió adelante, algo crujió bajo su pie, se agacho para examinarlo, palpo con su mano el suelo hasta que dio con lo que había causado el ruido, era algo solido, pero no lo suficiente, parecía astillado, no había duda, eran huesos, aunque no podría decir de qué, entonces el olor a algo vivo inundo su nariz como un torrente, fuera lo que fuera lo que hubiera en esa cueva, lo tenía al lado, se incorporo y agarro su espada con las dos manos, la deslizo por la roca de la pared de la cueva y el aceite prendió, su espada se envolvió en llamas y entonces lo vio, parecía un oso pero era un lobo, un lobo enorme, el mayor que había visto en mucho tiempo, el lobo salto sobre él, sobrepasándolo y salió corriendo hacia la entrada de la cueva, Edward lo siguió.

La bestia era rápida y ágil, pero Edward no era lo que parecía, mientras corría, pasó su mano izquierda por el hoja en llamas de su espada mientras pronunciaba unas palabras que él conocía bien, ya casi llegaban a la salida de la cueva y no podía permitir que la bestia se perdiera en el bosque, Edward extendió su brazo izquierdo y un destello lo recorrió desde su hombro hasta la punta de sus dedos, pero no se detuvo ahí, la luz salió disparada hacia adelante y alcanzó al lobo de lleno cuando ya alcanzaba a salir de la cueva, el lobo desapareció al instante, una lluvia de sangre y vísceras comenzó a caer en la entrada de la cueva, cuando Edward salió de la cueva la lluvia había cesado.

- Huargos, estúpidos ignorantes - se dijo Edward a si mismo -

- No andaban demasiado desencaminados, ¿no crees?

La voz venia de un árbol, Edward alzó la vista pero solo pudo ver como otro par de lobos gigantes saltaban hacia él

15 de diciembre de 2013

El extraño (1-/)


El hombre llevaba ya dos días tumbado en la cama, parecía casi milagroso, pero las heridas de su pecho ya estaban casi cerradas, ella se había afanado por curarlo y cambiarle los vendajes cada noche, sin duda le había salvado de una muerte dolorosa, no tenía ni idea de quién era ese hombre.
Ella vivía sola, cerca del linde del bosque, cerca de la ciudad, pero lo suficientemente alejada como para poder vivir tranquila sin las molestas que conlleva vivir dentro de una ciudad, no por eso dejaba de visitarla, cultivaba flores y solía visitar la ciudad para venderlas, sus flores eran bastante solicitadas por las perfumerías, pastelerías y floristerías de la ciudad, así que cada cierto tiempo, llenaba un pequeño carro que había heredado de su padre y lo ataba al caballo que también le había dejado su padre al morir, partía hacia la ciudad y vendía sus flores, aprovechaba para comprar comida o lo que necesitase y volvía rápido a su casa, no le gustaba demasiado la compañía, y mucho menos la masculina, así que no era de su agrado los piropos que solían caer sobre ella a su paso por la ciudad, a fin de cuentas, era una chica joven y atractiva, con un cabello claro que solía confundirse con el color de las hojas secas de otoño, así que así era su vida, tranquila y apacible, cultivaba sus flores, las vendía y vivía.

Mucha gente desaprobaría eso, una chica, viviendo sola, en otros sitios habría sido impensable, habría sido pasto de alguna bestia o criatura la primera noche, pero esa región era bastante tranquila, otros pensaban que era una bruja, a fin de cuentas, la dejaban tranquila, menos la noche de hace dos días.

Ya caía la noche y la chimenea crepitaba, ella andaba calentando agua, tenía intención de hervir algunas verduras y patatas para la cena, era una noche tranquila a pesar del viento que corría, el cual solía colarse entre los arboles del bosque y producir sonidos parecidos a lamentos, ruidos extraños que alejarían a cualquiera, aunque ella se había criado allí y estaba acostumbrada, a veces incluso se soltaba alguna rama que iba a impactar directa contra la casa, produciendo un golpe seco, ella seguía cortando verduras, entre los lamentos del viento y el sonido de las ramas comenzó a asomar un ruido nuevo, tenue, muy débil, pero ahí estaba, en principio le pareció que el fuego crepitaba demasiado, así que se acerco para ver si es que se le había caído alguna piña que no estuviese seca dentro de la chimenea, movió un poco las brasas con el atizador, pero no encontró nada, así que siguió preparando su cena, no obstante ese ruido seguía ahí, cada vez menos frecuente y más débil, un lamento, unas ramas, el fuego, ese ruido extraño, otro lamento, pero este no era el viento escapando del bosque, venia de la puerta,  de normal habría terminado lo que hacía, preparado su cena e ido a dormir, pero tal vez la curiosidad, le hizo ir hasta la puerta y abrirla.

Un hombre se desplomó sobre el suelo de su casa, tenía las ropas rasgadas y heridas abiertas, balbuceaba, prácticamente vivía en un delirio.

La olla con agua hirviendo, termino siendo usada para hervir plantas medicinales, ella no era medico, pero se ganaba la vida cultivando flores y plantas, conocía las propiedades de muchas de ellas, había arrastrado al hombre hasta la cama y lo había desnudado y limpiado, no tenia vendas así que improviso algunas con sabanas antiguas, aplico algunas plantas hervidas sobre las heridas, las vendó y termino cayendo rendida sobre una mecedora.

Y ya hacia dos noches de eso, el hombre seguía dormido, pero sus heridas prácticamente ya habían cicatrizado, ella seguía cambiándole los vendajes cada cierto tiempo.

Justo acababa de cambiarle los vendajes cuando dos golpes secos sonaron en la puerta, se acerco para abrir la puerta y esta se abrió de golpe, entro un hombre de sopetón, ella cayó al suelo, el hombre era algo, fornido, llevaba la cabeza afeitada y portaba un cuchillo muy largo, miro a la chica directamente y se agacho sobre ella.

  - ¿Dónde está?, puedo olerlo

Ella no podía articular palabra, el miedo la paralizaba, oyó un ruido detrás de ella, como de algo arrastrándose ¿será él? Pensó, el hombre que estaba agachado miro sobre la cabeza de la chica, el sonido de algo arrastrándose ceso, pero se cambio por una voz que no conocía, en una lengua que tampoco conocía, un resplandor, y el hombre que estaba sobre ella desapareció, pero no desapareció de repente sin dejar rastro, las paredes, la puerta, hasta la cara de ella estaban cubiertas del hombre que hace un segundo estaba agachado sobre ella, había explosionado sobre ella, miro hacia atrás y vio al hombre que había curado, de rodillas en el marco de una puerta, agarrándose el costado con el brazo izquierdo y con el derecho extendido, jadeaba, parecía cansado.

7 de diciembre de 2013

Esta vez


A veces me sorprendo imaginando
Situaciones que ya nunca más serán
Como las que teníamos cuando venias
A verme,
No sé cuánto te quedaste para ti
Debió ser más que suficiente
Por lo vacio que quedé
Y hasta trozos de mi futuro
Me figuro conservaste,
Fue difícil, mirar atrás y encontrarte
Más no verte por delante
El rumbo se perdió, no imagine
Que pudieras ser tan importante
Para algo tan vano como yo,
Mi amor, no sabes cuánto me dolió perderte
Saber que sigues andando por ahí sin verte
Que cada día despiertas sin tenerme,
Hasta que me pregunto ¿y si vuelve?
Volveré a amarla como antes
Quiero verla llorar esta vez
Tenerla entre mis brazos como antes
Debes llorarme esta vez
Besarla de nuevo como antes
Necesito verla llorar esta vez
Esta vez 

1 de diciembre de 2013

Y comenzó


Se desvaneció, como el azúcar en leche caliente, fue como si se dejase caer en un silo lleno de los recuerdos que los dos crearon y que si antes fueron agradables, ahora eran una punzada más en su desgastado corazón, comenzó a reeducarse, aprendió, que la vida no son dos, que en el hueco de su cama cabía algo más que amor, y fue perdiendo el rumbo de su dolor, empezó a besar labios sin sentido ni sabor y perdió las barreras que confinaban a su bestia interior, cambio cuarenta grados por los treinta y seis que perdió, construyó a su alrededor una prisión para contenerse, con muros de hormigón que esperaba no romperse,  confinándose en el interior, ahogado en su propio dolor, gritando mas por odio que por temor y la encontró, y sus muros cayeron como algodón, y sus gritos sonaros como susurros, y su dolor, su dolor volvió a quemarle, su odio a castigarle y ella volvió a …

24 de noviembre de 2013

Taza de café


Siéntate tranquilo, si, siéntate tranquilo a tomarte un café en tu balcón, mira a las demás personitas allá abajo en la calle, pululando sin sentido de un lado a otro, siéntete poderoso, piensa que puedes escaldar a cualquiera de ellos tirándole el café encima, solo tienes que asegurarte que nadie te este mirando y hacerlo, es facil, levántate, extiende tu brazo con el café y gira la taza, estas deseando, pero no, no lo haces, en su lugar sigues bebiendo tu café en tu balcón mientras ves a las personitas allí abajo pululando sin sentido de un lado a otro, hoy otra vez mas, casi estuviste a punto de ser alguien.

Mañana será otro día al fin y al cabo, te levantaras, iras al baño y te miraras al espejo mientras te embadurnas la cara de crema de afeitar, de forma automática, casi como un autómata programado, entraras a la ducha y saldrás rápido para poder desayunar un zumo con sabor sintético y aderézalo con una tostada medio quemada que te deje un regusto a ceniza en el paladar, baja rápido a la calle y no pierdas tiempo en coger tu coche, así serás una más de esas personitas que van pululando de aquí para allá sin sentido y lo notarás, lo notarás sin duda cuando a un par de calles de llegar a tu trabajo alguien te escalde tirándote su café hirviendo desde su balcón.

17 de noviembre de 2013

Rien (3/-)


- ¿Esta listo?

- Falta su aprobación

El hombre se giro hacia la puerta y la abrió, accedió a la sala, era una habitación blanca, completamente y en todas las definiciones de la palabra blanco, casi costaba distinguir donde había una pared y donde no, el chico estaba sentado en el suelo, jugando con bloques de construcción, delante de él tenía una reproducción bastante fiel del arco del triunfo francés, tal vez fruto de la casualidad, tal vez no, el hombre camino hasta la distancia que considero seguro e hinco la rodilla izquierda en el suelo, prefería eso a sentarse, apoyo su mano derecha en su rodilla derecha y llevo la mano izquierda a su espalda para tener agarrado el taser que llevaba pillado en el pantalón.

Con una seguridad que pensaba haber perdido al cruzar la puerta de la habitación, dijo.

- Hola chico

El chico tendría unos cinco años, seguía moviendo los bloques y apilándolos uno encima de otros, ni siquiera levantó la mirada para contestar

- Hola – de una forma tan vacía que casi parecía que ni había usado su lengua para emitir sonido alguno-
Veo que te gustan los bloques, sabes, me alegra eso, esta gente que te cuida no quería darte los bloques pero, ¿sabes qué? Peleé muy duro con ellos para que te los dejaran, pensé que divertirías, de todas formas si quieres algo mas solo tienes que pedírmelo y me encargara personalmente de que te lo traigan, no queremos que te aburras mientras estés aquí

- Papá – de nuevo sin levantar la mirada, esta vez el hombre sí que pudo ver como el chico movía los labios, pero eso no evito que un escalofrió comenzara a correrle por la espalda subiendo hasta su cuello y que su mano izquierda apretara con más firmeza el taser

- ¿Eres mi papá?

El escalofrió volvió a recorrerle la espalda pero esta vez en sentido inverso, hacia el taser, una pregunta estúpida se materializo en su mente ¿lo sabrá?

- No, chico, no soy tu padre

- ¿Dónde está mi papa?

El hombre lanzó una mirada de duda hacia una de las esquinas de la habitación donde sabía que había una cámara la cual no se podía ver a simple vista, el chico levantó la cabeza por primera vez y lo miro directamente a los ojos, hasta el escalofrió de la espalda del hombre se heló y tiro del taser hasta sacarlo de su pantalón pero aun lo mantenía en su espalda.

- Tu papá esta de camino, llegará en unos días y mientras nos ha pedido que nos hagamos cargo de ti, por eso estoy aquí, para saber que necesitas.

El chico volvió a bajar la cabeza y a centrarse en sus bloques

- Vale, quiero helado

La tensión del hombre se desplomo como un borracho sobre su cama al llegar a casa después de una noche de bares

- Claro, ¿de qué sabor?

- Vainilla

El hombre se levantó sin decir nada más y se giro ocultando el taser de su mano izquierda con su cuerpo, salió de la habitación lo más rápido que pudo, la chica que había hablado con él antes de entrar seguía allí esperando.

- ¿Entonces como lo ve?

- Cree que su padre sigue vivo, debemos comprobar si conserva noción del tiempo, en caso afirmativo debemos hacer que la pierda o será incontrolable, en caso negativo eso significaría que ya está listo, mientras tanto, denle todo lo que pida, vaya a buscar un maldito helado de vainilla

10 de noviembre de 2013

El Comerciante De Ideas - "Comprobación"


Varios gritos, un ataque de ansiedad y un par de llamadas por parte de los vecinos después, la habitación del señor Turner estaba llena de policías, dos hombres miraban el acuario desde el otro lado de la cama, una chica se afanaba por sacar fotos al máximo de detalles que pudiera del cuerpo, el cual ya habían sacado del acuario para evitar que las pirañas devorasen posibles pruebas, otro estaba de rodillas recogiendo muestras la pierna sobre la moqueta, fuera de la habitación en el salón, un psicólogo y una chica policía hablaban con Evelyn que no dejaba de repetir que solo le había subido el desayuno y lo había encontrado así  aunque dentro de ella crecía la ferviente preocupación sobre su más que perdido puesto de trabajo ya que no pensaba seguir al señor Turner donde quiera que estuviese para encargarse de sus tareas, volviendo a la habitación del señor Turner, uno de los hombres que miraban desde el otro lado de la cama buscaba sus cigarrillos en su chaqueta.

- ¿Y quién es el infeliz? – Dijo cuando por fin encontró los cigarrillos—

- William Fray Turner, hijo de William Turner Sénior, el dueño de Anfrocaps, una compañía dedicada a la exportación e importación, murió hace un año, su hijo habia heredado todo su imperio

Su interlocutor ahora se afanaba en buscar su encendedor, parecía que su chaqueta hubiera cobrado vida y se hubiese propuesto mejorar su salud evitando que fumase

- ¿Algún otro heredero enfadado?

- Fue lo primero que pensé, el camino lógico, pero no, era hijo único, su madre también murió hace años y aunque estuvo muy desligado de la empresa de su padre y heredarla le vino por sorpresa no puedo decir que tenga constancia de alguien que quisiera quitarlo de en medio, en todo caso serian varias personas.
Por fin encontró el mechero e intentaba encender el cigarro

- ¿Gente de su empresa? ¿Subdirectores?

- Digamos que si, ahora la empresa esta a manos de la cúpula directiva hasta que elijan un nuevo director

El hombre seguía luchando con el encendedor

- ¿Aun asi? ¿Por qué complicarse tanto? La cerradura de la puerta no está forzada, es decir, ¿consigues entrar aquí sin que te descubran y metes al tío al que quieres matar en un puto acuario de pirañas?

- Bueno, aun no sabemos si no estaba muerto antes de que lo metieran ahí, aunque el sentido común me dice que al menos estaría sin sentido, un hombre consciente habría luchado por evitarlo y si te fijas, la habitación salvando las distancias, esta impoluta

- Esto ya lo he visto –dijo una voz detrás de ellos dos—

Ambos se giraron, aunque uno de ellos visiblemente más frustrado que el otro por sus inútiles intentos por fumar, la chica policía que había estado encargándose de Evelyn estaba en la habitación, había subido para ver si podía ayudar y también movida por una curiosidad algo morbosa.

- ¿A qué se refiere usted? –Dijo el frustrado fumador—

- A que ya he visto esto, es decir, los chicos abajo decían que habían encontrado el cuerpo dentro del acuario y esa imagen en mi cabeza haba estado dando vueltas hasta que por fin he conseguido acordarme

El otro hombre se había percatado de los intentos de encender el cigarrillo de su compañero y le brindaba el suyo mientras seguía mirando a la chica y preguntaba.

- ¿Y sería tan amable de explicarnos la conclusión a la que haya llegado?

- Bueno, a ver, la semana pasada fui a una exposición de arte, era  de un pintor que esta destacando últimamente, Frece Fraint se llama, la exposición eran básicamente pinturas con asesinatos o suicidios, todo muy macabro, pero una de las pinturas, la que mas destacaba, por su tamaño, era enorme y básicamente tenias que pasar a una habitación donde solo estaba esta pintura y se veía esto, un hombre metido dentro de un acuario, una pierna en el suelo, es, es decir ¿es demasiada casualidad, no creéis?

- Si, demasiada ¿la exposición sigue en la ciudad?, de ser asi deberíamos ir a hablar con ese tal Frece, no sé qué relación podría tener con Turner pero yo al menos no creo en las visiones de futuro

3 de noviembre de 2013

El Comerciante De Ideas - "Aplicación"


Evelyn rozaba casi los cincuenta años, toda su vida la había vivido para otros, empezó viviéndola para su madre, poco después comenzó a cuidar a los niños de su calle, pero eso no era suficiente para conseguir el dinero necesario para salir de su ciudad, así que apenas había cumplido quince años cuando vendió su cuerpo por primera vez, lo cual aparte de una infección vaginal también terminó dándole una hija, con el tiempo pudo dejar la prostitución y mudarse a otra ciudad, donde si bien su vida no mejoro de manera notoria, al menos no tenia que preocuparse de que le clavaran algo, de la índole que fuera, en cualquier esquina, asi que siguiendo la estela de toda su vida, siguió viviendo para los demás y consiguió un empleo de asistenta, lo cual le daba el dinero suficiente para vivir y mantener a su hija aun pequeña, su carácter callado y servicial la hicieron bastante apta para el trabajo, así que cuando fue despedida de la primera casa en la que trabajó, los dueños no dudaron en hacerle una carta de recomendación la cual le permitió trabajar para el Señor Turner, Turner era un soltero de oro, había heredado la empresa de su padre y se veía con veinticinco años, multimillonario y viviendo en una mansión él solo, y como cualquier hijo de papa, sabia abrir con soltura botellas del vodka más caro, pero no sabía ni hacerse su cama, para eso estaba Evelyn, la cual acudía a la mansión de Turner todas las mañanas, sobre las siete y media de la mañana ya tenía recopilada toda la ropa sucia y las lavadoras a punto, para así poder tenderlas cuanto antes y tener la ropa, sabanas y demás, secas y colocadas esa misma mañana, así mientras que las lavadoras hacían su trabajo, ella podía dedicarse a otras cosas, limpiar el salón de los restos de una fiesta, quitar trocitos de vete a saber que del techo de la cocina, limpiar sangre seca de la pared del lavabo, el señor Turner no era famoso precisamente por ser alguien con la cabeza en su sitio, así que cuando llegaban las ocho y media, Evelyn le preparaba el desayuno, ya que tenía orden de despertarlo a las nueve de la mañana y con el desayuno listo, asi que tostaba un par de rebanadas de pan, mientras freía un huevo, exprimía naranjas para un zumo, untaba mantequilla en el pan tostado, servía el huevo con una pizca de semillas de amapola por encima, preparaba un café solo, lo servía todo en una bandeja y subía las escaleras hacia el dormitorio principal, Evelyn estaba curada de espantos, sabía que podía encontrarse con cualquier cosa al entrar al dormitorio del señor Turner, lo solía ver desnudo, con una chica, a veces incluso un chico, inconsciente, disfrazado, de hecho, las mejores opciones eran encontrarlo desnudo o despierto, en este caso solía estar viendo la televisión o divirtiéndose con el acuario de pirañas que tenia al lado de la televisión, así podía satisfacer ese lado sádico y violento de una forma que no era dañina para sus semejantes, aunque sí para las infelices ratas que usaba como comida de peces, no obstante,  como solía decirle a Evelyn, “es la naturaleza” .

Así que Evelyn sabía que podía encontrar cualquier cosa al cruzar las puertas de la habitación, por lo que era raro que se sobresaltase, aunque ese día al abrir las puertas de la habitación, no esperaba encontrar el acuario de las pirañas teñido completamente de un rojo oscuro, a las pirañas como locas haciendo que el agua teñida salpicara para todos lados y una pierna del señor Turner colgando del borde del acuario, la otra se había desprendido del todo y estaba en el suelo delante del acuario, haciendo que la sangre se mezclara con la moqueta blanca formando una obra de arte dantesca en ese lienzo improvisado.

27 de octubre de 2013

Pinzas para pezones


Y entonces le puse las pinzas en los pezones

- ¿Pinzas? ¿De la ropa?

- No, estúpido, unas pinzas de metal, que vienen de dos en dos unidas por una cadenita, son para eso, para ponerlas en los pezones, pero vaya, como te decía, estaba detrás de ella, dándole, pare un momento para coger las pinzas y se las puse en los pezones, haciendo que la cadenita le quedara en la espalda, la empuje para dejarla a cuatro y empecé a darle mientras tiraba con todas mis fuerzas de la cadena, joder como gritaba, pero no se quejaba, al revés, le gustaba, tenía toda clase de juguetitos y cogí el que pensé que menos daño le haría y la tía no paraba de gritar pidiendo que tirase más fuerte y que la azotara total, que la tía de repente deja de gritar en seco y noto como empieza a temblar, me acojoné en serio, grito de nuevo y comenzó a correrse, se la saqué y no paraba de chorrear, en serio, lo puso todo perdido pero joder que bien estuvo

- Sí, eso o vi una noche, con una amiga de mi ex

- ¿Con una amiga de tu ex?

- Si, si, eh, espera, no piensas mal, estábamos los tres, mi ex, su amiga y yo, estábamos en casa de la amiga, cenando y bueno, supongo que por el alcohol, el tema de conversación fue variando y su amiga termino contándonos que cuando se corría lo empapaba todo, total, que a mi ex le entró la curiosidad y le dijo que quería verla y la otra ni corta ni perezosa nos lleva al cuarto de baño, se desnuda, se mete en la bañera y empieza a masturbarse, y estaba yo, con mi ex al lado y la amiga delante en bolas masturbándose y la tía a saquisimo, casi parecía que se le había colado algo y que estaba intentando sacárselo, gritos y mas gritos, sonaba como si estuviera chapoteando y claro, como tú has dicho, de repente se para, se sienta en el borde, empieza a temblar y comienza a chorrear como una loca, parecía un grifo roto y no paraba, continuamente mi ex flipando, la otra termino tumbada en la bañera sobre sus propios flujos, en fin, un espectáculo, aunque mi ex no se quedaba corta.

- ¿También se corría como si fuera un grifo abierto?

- No, no, era más, mas… bueno, se reía

- ¿Cómo?

- Sí, siempre que se corría le entraba la risa, se partía el culo, era correrse y empezar a descojonarse

-Yo creo que se reía de ti

- Si, o de tu puta madre ¿vas a terminarte tu hamburguesa?

- Claro, tengo bastante hambre y este capullo no aparece

- Si, sobre eso ¿Qué le toca al desgraciado de hoy? ¿Hay que matarlo?

- No, solo asustarlo, de todas formas ¿Qué problema tienes con matar?

- Es un día raro, hoy no me apetece matar a nadie

- ¿Pero qué coño? Acabamos de estar hablando sobre corridas mientras comemos, la semana pasada te vi sacarle a un tío los ojos con una cucharilla de postre, una puta cucharilla de postre, hace un mes te apetecía ser original y metiste a un tío dentro de una hormigonera, no te bastaba con enterrarlo vivo, no, tenias que tirarlo dentro de la puta hormigonera, en serio tío, a veces me acojonas y eso que llevo un par de años dedicándome a esto contigo ¿y me dices que hoy no te apetece matar a nadie? Creo que eso si que me acojona

- Si tío, a veces no me apetece tener que tirar ropa nueva porque este manchada, a veces hay días en los que no me apetece que la sangre de un mierdas me salpique la cara, tener que usar esas putas toallitas húmedas para limpiarla y que terminen esparciéndola más que al principio, ya sabes, me jode, de hecho, había estado pensando en usar una mascara

- ¿Una máscara? Como si fueras a robar un banco, ¿no llamarías más la atención?

- Si tío, una máscara, la llevaría sobre la cabeza y me cubriría la cara con ella cuando hiciera falta, y no tendría que ser algo demasiado llamativo, yo me imaginaba con algo de plástico, traslucido, una cara normal y corriente, inexpresiva, tal vez mi propia cara, total

- Joder, estas como una puta cabra, pero imagínate, un tío corriendo y nosotros dos detrás con esas putas mascaras, se cagarían vivos, nos temerían de una punta a otra del país

- Si, ese es el problema, que seriamos los locos de las mascaras y al final terminaríamos llamando más la atención, asi que al final, tendré que volver a las putas toallitas húmedas, acábate la hamburguesa, ya debe estar al llegar. 

20 de octubre de 2013

Apenas


Y ya apenas recuerdo todas tus teorías esquivas de la realidad, apenas siento tus llantos por los que nunca me inmute,  apenas estas presente en mí, solo quedan algunos retazos de lo que pretendiste ser y nunca conseguiste si quiera acercarte a ello.

Mi amor murió mucho antes que tú en mi vida, si alguna vez llegue a sentir algo por ti, caducó bastante antes de que me atreviera a expresarlo, y cuando por fin lo exprese, ciego de mí, me prohibí amar, sin darme cuenta de que ya lo volvía a hacer.

Mientras compartíamos nuestro último baile entre sabanas, unos tacones inquietos  bailaban en mi mente, mientras caías deslizándote por mis piernas, era ella la que se deslizaba por mi cabeza, caricias vacías para mí, que llenaba con su estela.

13 de octubre de 2013

Compasión Por La Bestia (5/-)


Cuando mis aliados y mis enemigos no eran más que charcos malolientes de entrañas y sangre, simplemente me senté en el trono y me dormí, tal vez la ira había consumido toda mi energía, tal vez ya no tenía nada que hacer allí, mi utilidad había terminado y era la rabia la que movía a un cuerpo inerte, dejándolo hueco y vacio  un remanso de paz donde antes solo había muerte y caos. 

Bragnof me despertó súbitamente, no sabía muy bien cuanto tiempo había pasado

- ¿Pero qué has hecho chico?

Solo estaba él en la sala del trono junto a mí

- Me ha costado horas de discusiones con los otros mandos que no entrase un batallón solo para acabar contigo por traición, que es lo que debería hacer ahora mismo, ¿pero qué has hecho chico? – volvió a repetir

No dije palabra alguna, no por vergüenza o miedo, realmente no tenía ningún interés en darle más opciones de conversación a Bragnof

- Está bien, seré sincero y claro contigo chico, como he dicho, si no fuera por mi ahora estarías muerto por la traición que suponen tus actos, pero a fin de cuentas, prácticamente hemos tomado la ciudad por ti, asi que he querido apelar a eso, tengo ordenes claras, debo encadenarte y llevarte de vuelta a casa, pero si te niegas a eso, seré yo mismo quien deba matarte, dime chico ¿me dejaras encadenarte?

Seguía callado, ahora estaba en mis cabales, sabía que un viejo como Bragnof no iba a suponer ningún problema, pero el ejército que había esperándome a su muerte si sería algo más complicado, así que una vez más, pero de una forma más calmada, me deje llevar, levante mis dos puños hacia Bragnof.

Bragnof tampoco dijo nada, se limito a encadenarme los brazos y  recoger mi arma, como un perro sumiso y con la mirada clavada al suelo, lo seguí, mi pelo seguía suelto.

No fue demasiado larga la caminata hasta llegar a un carro donde dos soldados me lanzaron de malas maneras, eran los carros para transportar a los prisioneros de guerra, allí estaba yo, sentado en una esquina, sometido al traqueteo constante de los caballos, de camino a casa a la espera de un juicio del que ya sabía el resultado.

No hay mucho que contar del viaje en carro, los guardias escoltaban los carros a caballos y a veces me entretenía oyendo sus conversaciones, vanas, carentes de interés, pero hacían el viaje más entretenido.
Cuando llegamos al reino,  me llevaron directamente a los calabozos, allí me despojaron de Bautismo de Sangre, pero aun quedaba adherida a mi piel, como una segunda armadura la sangre reseca formando costra de los que cayeron a mi paso, tuvieron la bondad de asearme a base de cubos de agua fría, tampoco es que lo pidiera, pero me vino bien sentirme desnudo por una vez en mucho tiempo, después de eso me arrojaron a una de las celdas, en solitario, por norma general solían estar abarrotadas, pero hicieron espacio y dejaron una libre para mi, que honor, pensé.

Solo pasé allí metido tres días  no hice nada, solo tenía algo de movimiento cuando el carcelero pasaba a tirar la comida a los encarcelados, hasta ahí recibía un trato especial, poco después me entere que era el trato normal para los prisioneros que formaban parte del ejercito, no obstante, era mi único momento de diversión del día, el carcelero llegaba con mi comida y con dos guardias armados, entonces me tiraba una llave, yo dócil y tranquilo me encadenaba con un par de grilletes que había anclados en la pared y volvía a lanzarle la llave al carcelero, este abría la celda, entraba, soltaba mi comida, salía más rápido de lo que había entrado y cuando volvía a estar a salvo con mi jaula bien cerrada, me lanzaba la llave para que me soltara y se quedaba allí hasta que le devolvía la llave para volver a repetir el proceso en la cena, me divertía agitar mis cadenas cuando él estaba dentro de la celda y ver como vibraba de miedo todo su orondo cuerpo.
Al tercer día Bragnof se persono delante de mi celda y me dijo que el rey ya había decidido, se había lavado las manos y había contado el caso al pueblo, el cual había sido tajante, horca para el traidor, esa misma tarde estaría colgado de un nudo corredizo y ondularía como un péndulo un tanto macabro.
Como un condenado mas, subió las escaleras que lo llevaban al cadalso, su cara la ocultaba su melena negra, la gente le abucheaba a gritos de traidor, parecía que eso no iba demasiado con él, parecía completamente desgastado, como si ya hubiese hecho todo lo que tenía que hacer en la vida y solo le quedara dar ese último paso, un último paso hacia un vacio que solo le conduciría a una muerte rápida si tenía la suerte suficiente de que su cuello se partiera, si no, aun le quedaría una agonía algo más lenta, cuando por fin termino su escalada, el verdugo le coloco un saco en la cabeza, esto es para que la gente no se espante con las muecas que suelen quedársela a los ahorcados al morir, le ajusto el nudo corredizo al cuello y un guardia leyó su nombre y el delito, Ludwig Van Crome condenado a la horca por actos de traición contra el reino, un padre desolado miraba el espectáculo desde el gentío, sin más preámbulos el verdugo tiro de la palanca que accionaba la trampilla y ese desgraciado cayó como un peso muerto, el crujido de sus vertebras al partirse pudo oírse desde mi celda, Bragnof estaba conmigo, para el rey y para toda la gente de sus tierras, yo había muerto esa tarde, pero no para Bragnof, se encargo de cortarle la lengua a otro preso y adelantar su condena, en cuanto a mí, me llevo más allá de los muros de la ciudad, cuando estábamos lo suficientemente alejados, detuvo su caballo y me bajé de él.

- Esta noche me debes algo más que tu vida, me debes también tu nueva vida.

Se bajo del caballo y puso sus manos sobre mis hombros

-Ese bastardo del rey no es capaz de comprender lo que has hecho por el reino y el potencial que tienes, pero a fin de cuentas mereces un castigo por lo que hiciste, sobra decir que no puedes volver a la ciudad, o te matarían a ti y a mí por ayudarte, a fin de cuentas, no puedes luchar contra un ejercito, ¿no?.

-¿Podría pedirte algo más?

- Puedes intentarlo

- Cuéntale todo a Pharia, ese hombre no merece vivir una mentira

- Dalo por hecho chico

Bragnof se acerco a su caballo y comenzó a descargar unas bolsas

- Aquí tienes algo de comida y dinero, así como tu armadura y tus armas, no obstante, si te dejas ver con ella puesta armaras algo de revuelo, así que intenta ser discreto, por favor, bastante me ha costado robarla, no muy lejos de aquí, si sigues las montañas, no tardaras en ver unas luces, es la ciudad de Franor, es un buen sitio para empezar de nuevo.

Soltó los bártulos en el suelo y volvió a poner sus manos en mis hombros

- Suerte muchacho.

6 de octubre de 2013

Compasión por la bestia (4/-)


La iglesia se tiñó de rojo y yo también, aun más si cabe, yo, por llamarme de alguna forma, en ese momento no quedaba un ápice de yo en mi, ni un solo centímetro de mi cuerpo albergaba nada parecido a la humanidad, camine entre los cadáveres y las extremidades cercenadas, tranquilo, sin prisa, parecía como si la guerra no fuera conmigo, regresé a la plaza y me encaminé al palacio, de fondo podía oír el ruido de la batalla unas calles más abajo, no tardarían mucho en llegar a la plaza y al palacio, no, no podía dejarlos, tenía que ser yo quien matase al rey, aligere el paso, la escalinata que llevaba al palacio estaba desierta, toda la defensa estaría dentro supuse, la puerta principal cerrada, lógico, ni si quiera lo pensé ni me di cuenta de la figura que unos instantes atrás me miraba con miedo desde el balcón al que intentaba llegar, y ya estaba agarrado a los adoquines de la fachada del castillo para llegar al balcón, clavaba las dagas entre los resquicios para ir más rápido y no tarde demasiado volver a tener un suelo firme bajo mis pies, entre cruce el umbral y llegue a unos aposentos, parecían infantiles, me acerque a la cómoda y solo había enseres femeninos ¿una hija? Sabia de sobra que la reina de Greinteh habia muerto hace años, pero no sabía que existiera una princesa, sea como fuere oí un alboroto al otro lado de las puertas de la habitación, la cama estaba enfrente de estas puertas, asi a modo de descanso, me senté en la cama a esperar que abriesen las puertas, la sangre de mi armadura se deslizaba poco a poco hasta impregnar las sabanas y entonces fue cuando lo noté un murmullo, casi inaudible, unos sollozos, subían por las patas de la cama y se colaban debajo de las sabanas hasta mezclarse con la sangre que se desprendía de mi armadura, la niña, estaba escondida debajo de la cama, deslice mi espada fuera de su vaina y sin levantarme apoye su punta contra el colchón, un sonoro grito se oyó detrás de las puertas y estas se abriendo de par en par, dos soldados entraron, olvide a la niña, el traqueteo de mi armadura volvió, se nublo de nuevo mi raciocinio, dos segundos después estaba atravesando las gargantas de esos dos guardias, detrás de la puerta aguardaba otro grupo de ellos, como si no fuera suficiente ver a sus dos compañeros tirados en el suelo con las manos en el cuello intentando parar la sangre y la vida que se escapaba de ellos, se vinieron contra mí, llenos de rabia, odio y miedo, pero no fue suficiente, mi primer tajo fue hacia las piernas del primer hombre que llegaba a mí, sus piernas se desprendieron de él como las hojas secas de un árbol en otoño, ya tenía otro sobre mí al que le hundí la espada en el pecho, lleve mis manos a mi espalda y saque las dos dagas, me agaché, la espada de otro de esos infelices silbo sobre mi cabeza, me gire aun agachado y comencé a coserlo a puñaladas desde su cintura hasta su cuello, corté su cuello, innecesario, pero divertido, golpee su pecho con una patada y su cuerpo muerto salió disparado contra el último soldado que quedaba vivo, cayó al suelo, fui hacia el cadáver que tenía mi espada en su pecho, la saqué y mientras el último de esos desgraciados intentaba quitarse el cadáver de su compañero de encima, puse mi pie sobre el muerto y apoye mi espada en el abdomen más que destrozado por las puñaladas de mis dagas.

- Piedad por favor, tengo mujer e hijos

- ¿Se escondían en la iglesia?

Su mirada se heló completamente y apenas pudo articular palabra, simplemente movió la cabeza en gesto afirmativo

- Entonces ya no tienes nada por lo que vivir

Mis palabras le dolieron más que mi espada penetrando su corazón, al menos su miseria no duro demasiado.
Mire a mi alrededor, estaba en un pasillo, circular, como una pequeña balconada,  del  hueco del centro que daba al piso inferior, pendía una lámpara de araña de varios metros de envergadura, y justo debajo, un enclenque y asustado rey se aferraba a su trono como si eso pudiera salvarle, corrí por el pasillo hasta estar a la distancia justa para saltar a la lámpara, corté la cadena que la sujetaba y el estruendo se pudo sentir en cada rincón del palacio, la lámpara estallo contra el suelo provocando una lluvia de cristales que volaban en todas las direcciones, emborronando mi silueta delante de la única persona que estaba allí, el rey de Greinteh

- Detente

- Hoy no
Un mal paso, un impulso, ansia de venganza, no sé qué seria, pero el asesino que se arrastraba detrás de mi dio un paso más sonoro que el anterior, lo suficiente para girarme y bloquear su espada en el último segundo, tan extremo, tan a la desesperada y tan fuerte que aun así alcanzó mi mascara y la partió, mi pelo se soltó y la sangre comenzó a caer por mi frente, llegando hasta mis labios y yo la recogía con mi lengua, lo mire directamente a los ojos y volví a reír, lo empuje y avance hacia él, saque una de mis dagas, la lance a su cabeza pero la bloqueó, el insensato llevaba dos espadas cortas, saque mi otra daga y ya lo tenía encima, comenzamos el baile, las armas chocaban entre ellas, eran nuestros instrumentos y esa era la última función antes del súmmum de la obra, parecía ser la última defensa del rey, parecía ser el ultimo bastardo que mataría antes de matar al rey, un pequeño descuido y le herí el brazo, se retiro un par de pasos, pero no le di cuartel, estaba tan cerca de acabar, era tanta la rabia por terminar, que mis golpes cada vez eran más fuertes, más rápidos y más crueles, otro fallo y le abrí otra herida, en la pierna esta vez, un fallo mas y ahora era uno de sus brazos el que salía volando, se acabo, comencé a cortarlo como si no tuviera otro compromiso con la vida, los trozos caían de su cuerpo y yo no podía parar, su sangre se mezclaba con la que caía por mi cara y yo seguía riendo, cuando no quedaba más carne que cortar me gire hacia el rey y emprendí la ultima caminata del día, mirando hacia el suelo, arrastrando la punta de mi espada por el suelo, no tenía prisa, sabía que cada paso que daba, era un paso menos para que terminara la guerra, si por mi fuera habría dejado huir al rey para alargarlo todo un par de años más, pero, claro, en ese momento no era yo quien estaba a los mandos.

Delante del rey, este tuvo un último alarde de valentía y se puso de pie para encararme

- Haz lo que tengas que hacer – dijo

- Como ordenes majestad

Deje caer mi espada y salte hacia él, caímos en su trono y comencé a apuñalarlo con la daga directamente en su pecho, su costado, su cuello, cada golpe hacia que perdiera mas la cordura, cada golpe desgarraba mas su carne, su débil cuerpo apenas podía sujetarse, las puñaladas en el cuello hicieron que su cabeza quedara colgado de apenas unos tendones.

Tire mi daga y hundí mis manos en las heridas de su pecho, agarre sus vísceras y sus huesos con mis propias manos y tire de ellas hacia mí, iba soltando toda la porquería que sacaba de él y volvía a por mas, lo estaba despiezando, poco a poco con mis manos, me incorpore, puse mi pie en su regazo y agarre su cabeza, tire con todas mis fuerzas y se la arranque al tiempo que los soldados de mi bando reventaban las puertas de la sala del trono, allí estaba el cuerpo del rey, con mas órganos tirados a su alrededor que dentro de él, y delante del rey, una vorágine de sangre y rabia que era yo, sujetando su cabeza con una mano, completamente empapado de sangre, mi pelo pegado a mi cara, trozos de carne del rey pegados a mis manos, una bestia desatada.

Los soldados más adelantados iban gritando, saltando, todo había acabado, pero yo, en ese momento, no era yo, no aguantaba las ansias, la vibración de mis músculos no se había parado, al contrario, era casi incontrolable, cuando el primer soldado ya casi llegaba a mí, solté la cabeza del rey, rodé por el suelo recogiendo mi espada y se la clave en el estomago, seguí avanzando, cortando a todos los que venían detrás, los más atrasados pararon en seco su carrera y comenzaron a huir

- ¡Esta loco!

- ¡Esta fuera de si!

- ¡Huid!

Cerraron las puertas del trono a su paso y me dejaron encerrado allí con los otros soldados heridos de mi bando, me desquite con ellos, de uno en uno, lenta y sádicamente, lo que acababa de hacerle al rey parecía una mala broma con lo que hice con aquellos hombres, desde el primer piso, agachada y asustada una pequeña niña veía todo, sin que yo me diera cuenta de ella.

29 de septiembre de 2013

Post Trauma


Miro mi copa, miro su cuerpo desnudo y muerto sobre el diván, tan bella, sigo bebiendo.

Mary Anne una vida de tormentos y traumas de la que me está costando horrores arrancarla.

Todo se remonta a su infancia, cuando tenía unos cinco años, su padre, que formaba parte del cuerpo de policía de su ciudad regresaba borracho a casa un día sí y otro también, complementando su embriaguez con una paliza diaria a la madre de Mary, eso fue algo que se convirtió en rutina, desde el cuartito de Mary cada noche era el mismo concierto, como en una ópera, la obertura comenzaba con el continuo traqueteo y tintineo de las llaves de su padre intentando dar con el hueco de la cerradura, la puerta y el telón se abrían, una calma que precede a la tormenta, una introducción a la obra, su padre entraba en escena, la obertura terminaba y daba comienzo a los recitativos, en primer lugar secco, su padre gritaba, clamaba cualquier cosa que pensaba que necesitaba en ese momento, gritos profundos que se clavaban en algún rincón podrido de la mente de Mary, el secco pasaba a un acompagnato cuando su padre por fin encontraba a su madre y la usaba como a un instrumento de percusión, la orquesta entraba en escena al igual que sus golpes, las arias no tardaban en llegar, los gritos de su madre, toda una melodía de sufrimiento, miedo y pánico convertida en sonido, acompañados por los coros de su padre llamándola mala puta y demás lindezas que se le ocurrían en ese momento, mientras Mary sin pedirlo, asistía desde su habitación a ese recital que todas las noches su padre le brindaba, noche tras noche, aunque una noche hubo algo mas, cierta noche cuando su padre termino el concierto entro en la habitación de Mary, ella se hizo la dormida, pensaba que si fingía no enterarse de nada, su padre no le haría daño, esa noche su padre se metió en su cama y la abrazo con todas sus fuerzas, le dijo que la quería, que su madre era una mujer mala y que por eso le pegaba, pero que ella era lo mejor que tenia, que era su ángel y que la amaba, él la besó y ella se dejo hacer, en parte por miedo, en parte por deseo, pero el miedo termino superando a otro sentimiento cuando el cariño de su padre se convirtió en violaciones sistemáticas, desde aquella noche,  su padre acompañaba las operas a su esposa con una fiestecita privada en el cuarto de su hija.

Mary está destrozada, en todos los aspectos, su padre la rompió tanto que era imposible que llevase una vida sana, hoy en día es una chica no muy alta, con el pelo largo y un físico que roza la perfección, al menos para mi gusto, piernas estilizadas, poco pecho pero muy bonito, un culo respingón que es la materialización física de la suavidad.

La primera vez que vino a mi consulta no tardo más de quince minutos en romper a llorar y contarme todos los problemas que le acarreo los años de violaciones de su padre, cuando consiguió salir del hogar familiar desarrollo un cierto apetito por los hombres mayores que ella y una excitación por prácticas sexuales un poco más duras de lo que suele ser habitual, hablando en plata, solo conseguía excitarse cuando un hombre mayor que ella le pegaba de mala manera, como si solo fuera capaz de obtener placer sexual reviviendo las violaciones de su padre, en sus últimas declaraciones asegura que fantasea con volver a su casa y matar a su padre en medio del coito, me dice que solo son fantasías, que no lo haría, que odia a su padre, pero creo que la razón es mas enrevesada, intente ponerme en contacto con sus padres, quería entrevistarlos para tener otro enfoque sobre cómo abordar el caso de Mary, y lo que encontré fue una madre objeto sumida en una vida servicial a un marido postrado en la cama por la artrosis, por lo que supongo que el hecho de que Mary no cumpla esa fantasía es debido a que su padre no podría hacerla realidad, de ahí a que a día de hoy siga buscando hombres parecidos a su padre.

Por otra parte dudo que sea capaz de matar, siempre que sacamos ese tema en las sesiones se bloquea, sospecho que alguna vez su padre se pasó con las palizas a su madre y Mary la vio casi muerta, resumiendo, Mary está bloqueada y lleva veinte años así  desde que su padre comenzó a violarla con cinco años, tiene miedo a estar sola pero también tiene miedo al compromiso, detesta a los hombres pero no puede pasar ni un solo día sin estar con algún que le pegue mientras se acuestan, pero de aquí a unos meses ni si quiera eso consigue excitarla, lo cual en parte no sería un problema, conseguir  que dejase de lado una vida sexual que más de una vez la ha llevado al hospital no está mal, pero sus visitas a mi consultan han aumentado y durante las últimas sesiones no podía evitar excitarme cuando me contaba con todo lujo de detalles sus relaciones, cosa que pienso no paso inadvertida para ella.

Mary es una persona que en lo privado solo me suscita asco, nunca ha avanzado en la terapia, siempre me ha dado más la impresión de que solo venia porque necesitaba desahogarse ya que los hombres que llevaba a su cama solo la usaban, le pegaban y adiós, por lo que Mary para mí, no viene a ser algo mas valioso que trozo de cartón que se te queda pegado en el zapato y que no puedes despegarte, arrastras el pie una y otra vez y no se va, hasta que al final tienes que quitártelo con la mano, mano que te manchas y debes lavarte, una pérdida de tiempo.

Hoy se ha presentado por sorpresa, no teníamos cita, pero aquí estaba, su pelo estaba mojado, al igual que su ropa, decía que no había cogido paraguas y la lluvia le había pillado de sopetón, decía que se sentía angustiada y que necesitaba verme, así que la invite a pasar al salón, se recostó en el diván y yo me senté en el sillón a su lado, su camiseta empapada dejaba ver a la perfección el dibujo de sus senos, sus pezones marcados no hacían mas que llamar mi atención, comenzó a hablarme de que se sentía mas vacía que de costumbre, que apenas dormía y que solo se sentía tranquila cuando estaba cerca de mi oyéndome, era como si se riese de mí, no me hacia más que perder el tiempo, he intentado de todo con ella y ninguna técnica ha dado resultado, no aguantaba más, cuando quise darme cuenta, su camiseta blanca y mojada estaba sobre mi sillón, su mano sobre mi nuca y yo sobre ella, mordiéndole el cuello mientras le entraba una y otra vez, sus gemidos se metían en mi oído y viajaban hasta la parte más vieja de mi cerebro, la más animal, esa parte que disfruta con los gritos femeninos, levante la vista hacia sus ojos y por primera vez en todo este tiempo la vi feliz, tenía una sonrisa de una punta a otra de la cara, una sonrisa que no soportaba ver, lleve mis dos manos a su cuello y sin dejar de entrarle, apreté, apreté su cuello con todas mis fuerzas, nuestros cuerpos seguían chocando y provocando ese sonido tan característico de la carne, mi sudor se mezclaba con su sudor, su sonrisa seguía en su cara, mis manos cada vez se juntaban mas con su cuello de por medio, mis gritos de placer acompañaban al sonido de la carne, hasta que un chasquido, un sonido seco, su vertebra quebrándose y mi éxtasis brotando hacia ella dieron fin al concierto.

Por eso ahora estoy aquí, mirando mi copa mientras miro su cuerpo desnudo y muerto en el diván, tan bella incluso así pero tan rota como siempre, sigo bebiendo.

22 de septiembre de 2013

El Comerciante De Ideas - "Explicación"


Me llamo Takahashi Asai, no soy nadie destacable mas allá de lo que hago para ganarme la vida, se podría decir que soy comercial, vendo un producto y ese producto en este caso, son ideas, ideas propias, la mayoría de las veces enfocadas al arte, me dedico a la creación y venta de ideas, soy una especie de musa remunerada, es fácil  un cliente viene a mi con la necesidad de inspiración, me expone la temática en la cual quiere que englobe mi idea, me paga por adelantado, yo elaboro la idea y la entrego en el menor tiempo posible, siempre de forma escrita y ya, a partir de ahí, es el cliente quien se encarga de adaptarla al formato que precise, como dije, cobro por adelantado, pero si esa idea generase beneficios yo me llevo un porcentaje.

Más allá de los contratos físicos con los clientes y las propias ideas redactadas a mano que guardo en un archivador en mi despacho, es imposible saber que ideas han sido creadas por mi y usadas por mis clientes como si fueran suyas.

Y así es como llevo viviendo estos años, a veces me preguntan ¿Por qué no te quedas tu con tus ideas?, es decir, si tienes la suficiente inventiva como para idear cosas que se convierten en éxito ¿Por qué conformarte solo con un porcentaje? Y realmente no dejan de tener razón, sería lo más lógico, pero realmente no se me da bien llevar una historia a buen puerto, ni con lo que escribo, ni con mi vida, es decir, solo se crear situaciones, momento puntuales, localizados en el tiempo, sin origen ni destino, el cliente les da ese inicio y ese destino, yo solo les ayudo en el camino y la verdad, tampoco es que me vaya mal asi.

Tiene su lado bueno, lo mejor sin duda, es que hago lo que me gusta y me pagan por ello, por otro lado, lo peor, la mayoría de las veces la originalidad de mis clientes, es tan limitada que asusta, me paso la semana escribiendo asesinatos para alguna novela o película, debo de ser el asesino en serie en papel más activo de la historia, otro punto negativo es ser un amante del cine, ir a ver cualquier película y saber de antemano que ocurrirá ya que la trama centra gira en torno a algo que yo mismo ideé, he vendido ideas a toda clase de artistas, poetas, pintores, escultores, cineastas, actores, performistas, músicos, cantantes y posiblemente a matones que buscaban formas originales de dar una paliza, pero una vez vendida la idea, para lo que se use o cuanto llegue a modificarse, no es cosa mía, eso ya, es otra historia.

15 de septiembre de 2013

El Comerciante De Ideas - "Demostración"


Tetradotoxina, ¿conoces el fugu?, tal vez te suene mas “pez globo japonés” del genero de los tetraodontidae, hay unas veinticuatro especies distintas de este pez, de agua dulce y salada, es omnívoro, come desde algas hasta algunos moluscos, la peculiaridad de estos peces, es sin duda, su sistema de defensa, supongo que lo conocerás, estos peces son capaz de hincharse y doblar o triplicar su tamaño y por si no fuera poco, poseen unas espinas venenosas, por lo que puede vivir bastante tranquilo, es el típico cabronazo del barrio al que es mejor ni mirar, pero sabes, los japoneses no le tienen miedo, se lo comen igualmente, varios órganos internos de este pez están llenos de veneno, como el hígado o las gónadas, pero con un chef profesional no hay problema, al comerlo, notas un ligero picor en la punta de la lengua, ese es el veneno, el cual en dosis muy pequeñas no es letal, aun así  todos los años mueren personas que se equivocan al prepararlo y consumen más veneno del debido, este veneno se conoce con el nombre de Tetradotoxina, es una neurotóxina de las más potentes, ¿quieres saber sus síntomas? Pues mira, ingiriendo la cantidad adecuada de Tetradotoxina se produce una disminución de las constantes vitales debido a la poca conductividad neuromuscular, esto es, una parálisis general, lo que se conoce en medicina como parestesia, lo cual afecta a la respiración y las personas que han ingerido suficiente Tetradotoxina como para sufrir una parálisis general terminan muriendo por fallo respiratorio, no hay antídoto, lo único que se puede hacer es conectar a la victima a un respirador para ayudarlo a respirar y controlar también la circulación sanguínea hasta que el veneno desaparece del organismo, lo mas horroroso de todo esto, es que la persona envenenada no pierde la consciencia, simplemente no puede mover ningún musculo de su cuerpo, pero es completamente consciente de todo, es por eso que no puedes moverte y es por eso por lo que estas conectado a un respirador artificial, la vía que tienes conectada a la vena de tu brazo te suministra una cantidad constante de Tetradotoxina y suero, suficiente para mantenerte inmovilizado y nutrido, lo último que quiero es que mueras por fallo respiratorio o desnutrición, realmente lo último que quiero es hacerte daño físico, dicen que la venganza es un plato que se sirve frío  para mí, la venganza es un plato que se prepara lentamente y se disfruta más lentamente aun, así que esto va a durar mucho y te va a doler, pero no en tu cuerpo, si no en tu alma, buscare a tu familia, buscare a tu padre, buscare a tu madre, a la persona que ames, incluso si tienes hijos también los buscare, los iré trayendo uno a uno a esta habitación, les contare lo que me hiciste y cuando sepan la clase de persona que eres, cuando sus corazones estén destrozados y llenos de odio y miedo, justo en ese momento, los mataré, aquí mismo, delante de ti, sin que puedes hacer nada, solo mirar y solo, solo cuando no quede nadie, nadie que te importe, cuando no seas más que una amalgama de rabia incontrolada y frustración, solo, solo entonces, empezare a considerar la opción de matarte, mientras tanto, vendré cada día y me sentare aquí, delante de ti, para que puedas verme, para que pueda verte.

-        - Vaya, le confieso que me asustaba bastante el hecho de comprar una idea a ciegas, pero mis amigos le recomendaron y me fiaba de ellos y la verdad, me siento realmente contento con haber recurrido a usted.
-
-         - Discúlpeme, no se me da muy bien recibir halagos, es casi mejor pago que el dinero, realmente disfruto haciendo estas cosas y que a mis clientes le gusten mis ideas siempre es motivador

-         - ¿Gustarme? Me encanta, nunca habría podido imaginar algo tan macabro y duro, es frialdad, esa constancia para hacer sufrir a alguien, es terriblemente bello.

-         - Bueno, intento impresionar a mis clientes, sobre todo si es la primera vez que recurren a mis servicios, la verdad, estaba un poco asustado pensando que tal vez le podría parecer excesivo, disculpe, si no es mucho preguntar, ¿para qué tiene pensado usar esta idea?

-         - Estoy escribiendo un libro, como le dije, necesitaba una idea relacionada con la venganza, el protagonista es un hombre que perdió todo lo que le importaba y la verdad, esto que usted me ha dado, le viene perfecto como súmmum de la novela, es algo perfecto como venganza

-         - Estupendo pues,  espero leer pronto su novela y ya sabe dónde encontrarme si vuelve a necesitar ideas.  


8 de septiembre de 2013

Cuestión de suerte


¿Suerte, dices? La suerte ni se tiene, ni te toca, la suerte es como una amante esquiva, te da un rato de felicidad y vuelve cuando a ella le apetece, la suerte no está de tu lado, es el ser más neutral de la creación, la suerte no es mala, solo se ausenta, la suerte no es buena, solo está presente y sobre todo, no esperes que acuda cuando tú la necesites, y aun así, aunque lo haga, aunque acuda, puede que no venga a por ti.

La suerte es el Deus Ex Machina de la vida real, donde no aparece un dios colgado de un andamio de madera para salvarte el culo en el último momento, en mitad de un tiroteo, veinte tíos disparándose entre sí, balas silbando por todas partes, madera estallando y astillas volando hacia todos lados y eres el único que sale sin ningún arañazo, ¿tiene más suerte el que sale ileso o el que no estaba allí?, aun así  aunque te diesen, aunque te disparasen, dirías “he tenido suerte solo me ha hecho un rasguño”, puede que sí, que dentro de las posibilidades de llevarte un balazo, la suerte sea que solo te rasguñe.

Correr sin sentido, mientras cuatro tíos te persiguen para darte la paliza de tu vida, llegar al final de un precipicio y saltar, ¿esperas tener suerte al caer? ¿o la suerte es de los otros tíos por que tú mismo has hecho el trabajo?

La suerte, la suerte al igual que el tiempo es relativa, relativa para quien la sufre, relativa para quien la disfruta, relativa según se mire, el agua fría en verano cae bien, en invierno no tanto, la suerte es como el agua, depende de cómo caiga, puede simplemente refrescarte o matarte.

Ten cuidado con la suerte, ella no se alía con nadie, y siempre es un arma de doble filo, es como una de esas decisiones, por la que al elegir una sea la que sea una de las partes sale perjudicada, una o varias, eso nunca se sabe, perjudicadas o agraciadas, eso tampoco se sabe, a fin de cuentas es cuestión de suerte, a fin de cuentas a la suerte de la muerte solo la separa una letra.

1 de septiembre de 2013

Frenada en seco


- Mira, fue tal que asi, dos tíos van andando por un parking  de unos de estos centros comerciales enormes, ya sabes, esos parkings al aire libre, casi más grandes que el propio centro comercial, y uno de ellos, el más bajito, andaba al lado de los carriles y llevaba un pequeño botellín de agua en las manos, medio vacío, a esto que hacia ellos se dirige una berlina, no recuerdo el modelo, solo que era de color azul oscuro,  pues bien el bajito, el del botellín, no sé que estaba contándole al otro, pero cuando les está pasando el coche por el lado, lanza el botellín hacia la ventanilla del conductor, que era una tía, la ventanilla abierta,  el botellín le da a la tía en la cara que frena en seco casi por reflejo, cuando aun ni si quiera sabe que ha pasado, su marido o quien fuera el tío que iba en el asiento del copiloto ya habia salido del coche e iba directo a por el que había lanzado la botella, primer error, ya sabes, con los brazos en alto y llamándole de todo,  y justo cuando lo tiene encima, tendrías que verlo, el tío le sacaba tres cabezas, pues el bajito, le golpea justo en el estomago, a lo que claro, el otro tío, se lleva las manos al estomago y se inclina hacia adelante, ese fue su segundo error, conforme bajaba la cabeza subía la rodilla del otro, y ahí lo tienes, justo en la nariz, el tío sale hacia atrás y cae de espaldas al suelo, la nariz no paraba de sangrar, parecía una fuente, pero ahí no acaba la cosa, el otro, se seca las manos en los pantalones, se sienta sobre el otro tío que seguía quejándose de dolor en el suelo y comienza a golpearlo, primero un puño, luego el otro, asi, continuamente, su puños eran pinceles y la cara del tío el lienzo y créeme cuando te digo que lo que se pintó aquel día era arte abstracto, la mujer dentro del coche gritando y llorando, el otro tío en el suelo inconsciente y el otro sentado sobre él sin dejar de golpearle la cara, hasta que de repente para, se mira los nudillos y mira al tío que le acompañaba, que se había quedado de pie quieto mirando la escena, se levanta y se largan tranquilamente, como si allí no hubiese pasado nada, eso, eso es lo que pasa cuando te cruzas con un cordero descarriado, tu vida cambia en cuestión de segundos.

- Pero ¿Por qué lo hizo? 

- Porque podía 

25 de agosto de 2013

Una Historia Bonita


Hacía mucho que Frank estaba enamorado de Carey, al menos unos dos años, desde aquel día en que la vio llegar a clase, Carey acababa de mudarse a la ciudad y era su primer día de clase, cruzo el umbral de esa puerta y los ojos de Frank se clavaron directamente en ella, su cabello rubio, su mirada inocente y ataviada con un peto, no se veían chicas así en esa ciudad, Frank había llegado del colegio hecho un manojo de nervios, dejo la mochila tirada en el recibidor y se fue corriendo al baño, se duchó, se vistió y salió igual de rápido que había llegado, como si no quisiera darse tiempo a pensar lo que estaba a punto de hacer
Y ahí estaba él, dos años después, camino a la casa de Carey, con un par de margaritas en una mano y toda la determinación y el valor que pudo reunir en la otra. Apenas quedaban un par de casas hasta la casa de Carey, su corazón era lo más parecido a un concierto de percusión, ya podía ver la fachada azul de la casa de Carey, también podía a ver al padre de Carey plantado en el jardín delantero de la casa, cada paso lo acercaba mas a Carey y a un más que posible ataque cardíaco.

Por fin el interminable camino de baldosas amarillas llego a su fin y delante de él podía ver al gran mago, al que tendría que pedirle pasar un rato con la princesa que vivía en el castillo, el padre de Carey estaba parado en el camino que conducía hasta la puerta de la casa, de espaldas a Frank, sin apenas moverse, solo un tambaleo casi imperceptible, Frank lo miraba con cierta incertidumbre, sin poder evitar preguntar qué hacia el padre de Carey  parado mirando la casa, de su boca salió un tímido “señor”, aunque no hubo respuesta, el padre de Carey seguía quieto, aunque el tambaleo pareció detenerse, Frank volvió a insistir, esta vez fue con “¿Señor, se encuentra bien?” , el padre de Carey comenzó a girar sobre sí mismo, de una forma algo errática, como si le costase realizar un movimiento tan sencillo, casi como si estuviera enfermo y le doliera cada uno de los músculos que necesitaba usar, todo esto fue acompañado de un gruñido, apenas imperceptible al principio, pero que iba haciéndose más notable segundo a segundo, lo que Frank vio cuando el padre de Carey se dio la vuelta por completo le heló la sangre, le faltaba parte de la mandíbula, de la cual brotaba sangre a borbotones, manchando lo que encontraba a su paso, la herida de la mandíbula se extendía por la cabeza, uno de los ojos no estaba donde debía estar y el otro estaba completamente blanco.

- Espera ¿zombis? ¿En serio? ¿Vas a meter zombis?

- Si bueno, había pensado que quedarían bien

- Pero ¿no tenias que escribir una historia bonita?

- Bueno, es que no me dejas terminar, ahora Frank haría acopio de valor y saldría corriendo a la casa de  Carey para buscarla y sacarla de allí.

- Pero los zombis no son bonitos

- Ya, bueno, pero es una historia de amor con zombis de por medio

- Vamos no me jodas, es como encontrar una flor en un vertedero, es bonita, pero está rodeada de mierda, vas a tener que llenarlo todo de vísceras y sangre, intenta otra cosa.

- Venga va

Esa noche era la noche, llevaban muchas noches yendo al mismo claro de la montaña, montando sus telescopios y fijando su mirada en la profunda y negra noche, todas las noches veían las mismas constelaciones, algunas que otras estrellas fugaces y muchos aviones, aunque no eran lo que ellos esperaban, pero esa noche se respiraba un ambiente distinto, el aire sabia de otra forma, estaban seguros de que esa noche tendrían un contacto, así que allí estaban de nuevo Jules, Rick y Brian, sentados cada uno con su telescopio al lado de la hoguera para no pasar demasiado frío  habían pasado como cuatro horas desde que habían llegado

- Te veo venir

- ¿Cómo?

- Si, ahora llegara una nave, saldrán unos hombrecillos verdes, mataran a alguno de esos imbéciles y el otro escapará

- No exactamente

- ¿Entonces?

- Bueno solo iba a aparecer por el momento un alíen por detrás de ellos, y bueno, si mataría a, no se a Rick mismo, total, empezarían un conflicto interestelar y al final Jules y Brian salvarían a la humanidad y vengarían a Rick

- ¿Y eso es bonito?

- Es un final feliz, ¿no? Nos salvamos todos y somos felices

- Si por ti fuera dejarías que nos arrasaran a todos, se trata de una historia bonita con un final feliz, no que después de un genocidio consigas un final feliz.

- Entonces ¿Qué hago?

- La historia de amor no estaba mal, pero podías darle tu punto, como aquella del pájaro y el espantapájaros

- Vale, si de esta no funciona vuelvo a matar cosas y eso eh

Hacía años que esa casa estaba abandonada, aunque eso no era motivo para que a pesar de su edad, Dean a pesar de ser un hombre  volviese cada día a mantenerla, hacia como unos siete años que nadie vivía allí, pero el aspecto de la casa no era dejado o descuidado, al revés, era como si no la hubiesen abandonado nunca

- Este pinta algo mejor

Cada mañana Dean seguía llegando puntual, arreglaba y regaba las plantas, recorría la casa entera,  revisaba la caldera, arreglaba algún desperfecto, se aseguraba de que los escalones no chirriasen, delicado, con sutileza, como alguien que cuida a una persona que ama y que ha caído enferma.

- Si eso tal vez, cambia lo de persona enferma como por alguien que cuida a su mascota

Los vecinos no entendían muy bien porque Dean seguía trabajando allí, los dueños de la casa se habían ido hace mucho, pero era como si no fuera así  el simple hecho de ver a Dean ir cada día de forma casi religiosa a realizar su trabajo, daba la impresión de que la casa seguía habitada.

- Mucha presentación, empieza a meter algo interesante

Cierta mañana, la señora Brells, pasaba por delante de la casa y allí estaba Dean podando los setos de la entrada, no tuvo más remedio que interesarse en Dean y preguntarle la razón de seguir yendo a trabajar cada día si ya nadie vivía allí.

- La verdad es que me llama la atención a mí también

Dean no levantó la mirada, simplemente le dijo “hace ya mucho que ya no vengo a trabajar aquí”.  La señora Brells se extraño, ella lo veía cada día allí, encargándose de todo, “además sí que vive alguien aquí y es necesario que la casa este impecable”, la curiosidad de la señora Brells casi podía olerse “no he visto a ningún nuevo vecino” dijo ella, Dean por fin dejo de mirar al seto y miro directamente a los ojos de la señora Brells y abrió la boca para decir “Lo está viendo ahora mismo”

- Sutil, bonita y final feliz

- ¿Si? Me ha costado mucho no hacer que Dean le cortara la cabeza a Brells con las tijeras de podar

- …