1 de diciembre de 2013

Y comenzó


Se desvaneció, como el azúcar en leche caliente, fue como si se dejase caer en un silo lleno de los recuerdos que los dos crearon y que si antes fueron agradables, ahora eran una punzada más en su desgastado corazón, comenzó a reeducarse, aprendió, que la vida no son dos, que en el hueco de su cama cabía algo más que amor, y fue perdiendo el rumbo de su dolor, empezó a besar labios sin sentido ni sabor y perdió las barreras que confinaban a su bestia interior, cambio cuarenta grados por los treinta y seis que perdió, construyó a su alrededor una prisión para contenerse, con muros de hormigón que esperaba no romperse,  confinándose en el interior, ahogado en su propio dolor, gritando mas por odio que por temor y la encontró, y sus muros cayeron como algodón, y sus gritos sonaros como susurros, y su dolor, su dolor volvió a quemarle, su odio a castigarle y ella volvió a …

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