1 de septiembre de 2013

Frenada en seco


- Mira, fue tal que asi, dos tíos van andando por un parking  de unos de estos centros comerciales enormes, ya sabes, esos parkings al aire libre, casi más grandes que el propio centro comercial, y uno de ellos, el más bajito, andaba al lado de los carriles y llevaba un pequeño botellín de agua en las manos, medio vacío, a esto que hacia ellos se dirige una berlina, no recuerdo el modelo, solo que era de color azul oscuro,  pues bien el bajito, el del botellín, no sé que estaba contándole al otro, pero cuando les está pasando el coche por el lado, lanza el botellín hacia la ventanilla del conductor, que era una tía, la ventanilla abierta,  el botellín le da a la tía en la cara que frena en seco casi por reflejo, cuando aun ni si quiera sabe que ha pasado, su marido o quien fuera el tío que iba en el asiento del copiloto ya habia salido del coche e iba directo a por el que había lanzado la botella, primer error, ya sabes, con los brazos en alto y llamándole de todo,  y justo cuando lo tiene encima, tendrías que verlo, el tío le sacaba tres cabezas, pues el bajito, le golpea justo en el estomago, a lo que claro, el otro tío, se lleva las manos al estomago y se inclina hacia adelante, ese fue su segundo error, conforme bajaba la cabeza subía la rodilla del otro, y ahí lo tienes, justo en la nariz, el tío sale hacia atrás y cae de espaldas al suelo, la nariz no paraba de sangrar, parecía una fuente, pero ahí no acaba la cosa, el otro, se seca las manos en los pantalones, se sienta sobre el otro tío que seguía quejándose de dolor en el suelo y comienza a golpearlo, primero un puño, luego el otro, asi, continuamente, su puños eran pinceles y la cara del tío el lienzo y créeme cuando te digo que lo que se pintó aquel día era arte abstracto, la mujer dentro del coche gritando y llorando, el otro tío en el suelo inconsciente y el otro sentado sobre él sin dejar de golpearle la cara, hasta que de repente para, se mira los nudillos y mira al tío que le acompañaba, que se había quedado de pie quieto mirando la escena, se levanta y se largan tranquilamente, como si allí no hubiese pasado nada, eso, eso es lo que pasa cuando te cruzas con un cordero descarriado, tu vida cambia en cuestión de segundos.

- Pero ¿Por qué lo hizo? 

- Porque podía 

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