21 de julio de 2009

Lo Que Un Dia Fueron Mariposas

La luna ilumina las sabanas a través de la ventana, un rayo divide tu cara en dos secciones, media oscuridad, media iluminada, sigues dormida, apenas oigo tu respiración, eres preciosa incluso dormida, increíble, aun bendigo el día que entraste en mi vida, algo revolotea fuera de la ventana y me hace apartar mi mirada de ti, mariposas, docenas de ellas, es extraño, pero ahí están, las veo tumbado desde la cama, docenas de mariposas revoloteando fuera en el patio, vuelvo a ti, una última mirada y me incorporo, en dos horas entras a trabajar, me dirijo a la cocina, se cómo te gusta que te sorprenda con el desayuno en la cama, aun esta desordenada del a cena de anoche, pero no importa, abro la nevera, cojo el ultimo cartón de leche entre los botes de salsa, las naranjas del cajón de la fruta al lado del cajón de las verduras y la mantequilla que siempre está al lado de los huevos, una vez recolectados los alimentos de la huerta urbana, valiente y decidido como cualquier capitán de cualquier guerra me dispongo a enfrascarme en batalla de calentar la leche, exprimir las naranjas y untar mantequilla en el pan tostado y como todos los días, salgo victorioso, coloco todo en la bandeja de las mañanas, pero hoy la veo vacía, falta algo, miro a la ventana y siguen allí las mariposas, eso es, salgo al patio con las tijeras de podar en la mano, corto una de las rosas que sueles plantar y vuelvo raudo, la coloco en un pequeño jarroncito y abro la ventana dejando que entre todas las mariposas dentro de la habitación pongo el jarroncito en la bandeja y ahora si estoy listo para la mayor de las batallas, tu sonrisa, me acerco silencioso a la cama, dejo la bandeja en mi lado, te beso la mejilla y te susurro al oído

- - - Despierta cariño, aquí tienes el desayuno.

Joder como quema esta mierda. La última vez que vengo a esta cafetería. Como te decía, esa casa olía peor que este café, en serio, casi vomito varias veces.

La chica llevaba muerta como 1 puto año. Ese colgado la mato, creemos que asfixiándola. Seguramente sería un polvo salvaje y, como me dijo el psicólogo del equipo, algo salto en su puta cabeza, negando lo evidente. Todos los días para el eran el mismo puto día para él, con ella durmiendo en la cama. Jodido lunático.

Había leche cortada y pan mohoso por todos lados y algo que una vez fue zumo de naranja, pero ahora era una pasta verde, en definitiva, costaba respirar y esas putas polillas, el imbécil del novato preguntándome porque había tantas mariposas, ¿tienes idea de cómo me sentí al decirle? Son polillas, no son mariposas, en fin, todo un espectáculo, esta ciudad se va a la mierda.

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