Y cuando abrió la puerta, se encontró de bruces con el cadáver de su padre y a James sentado al lado completamente lleno de sangre
- ¿Pero que has hecho? - apenas lo balbuceo, sin apartar los ojos del cadáver de su padre, aun paralizada, mas por la incomprensión que por miedo
- Ya lo ves, he matado a tu padre
- ¿Pero porque ? - sus ojos que comenzaban a asimilar la situación dejaron escapar las primeras lagrimas, mientras su ceño comenzaba a fruncirse por rabia
James se levanto de golpe y casi al instante estaba sobre ella, agarrándole los brazos con sus manos cubiertas de sangre
- ¡¿QUE SIENTES?! - gritó
- Me siento triste - susurro
James la zarandeo mientras gritaba
- ¡¿QUE SIENTES POR MI?!
Ella seguía sin apartar la mirada del cuerpo sin vida de su padre, mientras James seguía zarandeándola y preguntándole una y otra vez que sentía por él y casi como un acto reflejo contestó mientras empezaba a golpearle el pecho
- ¡TE ODIO TE ODIO TE ODIO TE ODIO!
- ¿Lo ves? Solo quería que sintieras algo por mi
28 de julio de 2013
22 de julio de 2013
Narración "il Piu Bello"
Es solo parte de una prueba para ofrecer los relatos de otra forma distinta, las siguientes vendrán mas pulidas y con mas detalles, realizada por @elseclemens youtube - > /elsefirot5
21 de julio de 2013
il Piu Bello
¿Qué
tenia esa chica de especial? Nada, solo otra chica asesinada y abandonada en un
callejón, como todas las demás chicas asesinadas y abandonadas que añadía a una
larga lista, como cada botella vacía que añadía a cualquier rincón de mi salón
cada noche, ella no era nadie en especial, la había conocido muerta, ingreso
cadáver en mi vida, pero más allá de ser solo un ser inerte, se había convertido en una excusa, un pase vip al asesinato, una entrada libre al
desenfreno que llevaba esperando, la excusa barata para matar a Gianchello.
Gianchello,
un italiano, como tantos, solo que este siguiendo con el tópico del cine y
novelas negras es hijo de alguien cuyo nombre sonaba más bien al sonido que
obtienes al intentar escupir una flema, supo labrarse una fortuna por el mal
camino y sus hijos han continuado con el negocio familiar, extorsión,
asesinatos por encargos, robos, blanqueo de dinero, palizas, y todo al mejor
postor, como en un buffet libre donde la comida esta envenenada, así era tratar
con Gianchello, podría ayudarte, pero a la larga terminaba matándote.
Hacia frio esa noche, pero ya me había encargado de calentarme antes de salir y de
dejar un nuevo adorno sobre la mesita del salón, a cada paso sentía como mis
zapatos se hundían en la fina capa de nieve que recubría el asfalto, como una
sabana perfectamente alineada en una cama de hotel, durante un instante me
transporte a una playa, con mis pies hundiéndose en la arena y Melisa en el
agua llamándome para que la acompañara, pero, como un tiro por la espalda, una ráfaga
de viento sin compasión, me saco esa idea de la cabeza y me volvió a depositar
sobre la fría nieve.
il Piu
Bello, era el nombre de uno de los clubs de Gianchello, al menos de su
favorito, sabía que estaba allí y era una idea estúpida, pero a falta de otras
ideas mejores, me quede con la estúpida, las luces del Piu Bello destacaban
sobre la corteza gris de edificios, como una mancha de sangre destaca sobre una
camisa blanca, me detuve delante de la puerta, aspire profundamente y deje que
el aire entrara hasta el fondo de mis entrañas, esperando tal vez que me
congelase y de esa manera me detuviera de hacer lo que estaba a punto de hacer.
Era
tarde y ya no quedaba nadie en el pub, solo el barman, que limpiaba la barra,
como si fuera capaz de arrancar de esa barra toda la decadencia y depravación que
la impregnaba, también estaba Francarlo, uno de los matones de confianza de Gianchello
y por supuesto, Gianchello, sentado en un cubículo con las dos putitas que habría
elegido esa noche, al verme no se sobresaltó, no tenía motivos, la policía para
Giachello solo era un supermercado, donde podía caminar a sus anchas, elegir el
producto, echarlo al carro y pagarlo con una sonrisa en la cara, lastima para
él, esa noche estaba sin stock.
Me invito
a sentarme con él, me preguntó si podía invitarme a una copa, en otro momento,
en otra época, bien se que la habría aceptado, pero ese bastardo se había escapado muchas veces solo por saber a qué dirección tenía que mandar un sobre
lleno de billetes o lleno de dedos, el fin era el mismo, lo que variaban eran
los métodos, pero nadie puede negociar con las balas, saque mis dos berettas,
la expresión de su cara, una mezcla de sorpresa y rabia, no hubo mejor regalo de navidad que la expresión de su cara, al instante todo
estaba hecho, mientras que con una disparaba a Francarlo, tan grande como estúpido
se desplomo como un muñeco de trapo a medio coser, con mi otra arma,
le estaba practicando una operación de cirugía estética barata a Gianchello en
mitad de su cara, las dos chicas salieron corriendo y gritando, mire al barman,
no sabía hasta que punto era fiel a Gianchello, solo se limito a preguntarme
que iba a tomar, Gianchello no estaba rodeado de amigos precisamente, solo
apariencias, esa noche la ciudad se convirtió en un lugar más seguro.
Salí
del Piu Bello igual de vacío que entre, sabía que volvería a mi casa a
acostarme con una escocesa de cuarenta grados, ya se habían encargado de que
nadie me esperase a mi regreso, pero una parte de mi sabia que al menos esa
noche, no habría dos chicas asesinadas y abandonadas en un callejón.
14 de julio de 2013
Pizza y Tarantino
- ¿De que
la pedimos?
- No sé,
a mi me da igual, lo que tú quieras cariño
- No, no,
no, no, no volveré a caer en eso, la última vez pedí lo que quise y estuviste
todo el rato quejándote
- Ya, pero
es que tienes un gusto un tanto peculiar
- Me
gustan las cosas fuertes, por eso estoy contigo
- Calla
idiota, mira, pide para mí una de esas que tienen piña
- ¿Hawaiana?
- Si, esa
y pídete otra para ti de lo que quieras
- Está
bien, déjame tu móvil
- Mientras
llamas buscare una película para ver mientras cenamos
- Tu gusto
en ese campo sí que me da miedo
- Calla
idiota
Poco después
de que él pidiera la pizza, se acercó a ella por la espalda
- ¿Qué?
¿Has encontrado algo que ver?
- Si,
Django
- Estas
emperrada en que vea esa película, sabes que detesto a Tarantino
- Si ya
lo sé, porque es una mala copia de tus directores orientales y bla bla bla
- No te
burles, es así solo es un aprovechado que hizo una buena película, Tarantino es
al cine lo que call of duty a los juegos o Santana a la música, hicieron algo
bueno y a vivir del nombre
- Pero sé
que te va a gustar
- Va, lo intentare,
total
- El
repartidor, llego unos veinticinco o veintiséis minutos después de que
empezaran a ver la película, un instante de salvación del infierno tarantinesco
- Vale, aquí
tienes tu insípida pizza con piña y esta es mi maravillosa y picante pizza con
toda la carne y condimentos que tenían en la pizzería
No
tardaron demasiado en terminar de comer, ella solía dejar los bordes de la
pizza, él no entendía eso, casi se podía decir que era la parte que más le
gustaba, a pesar de ser la que menos sabor tenia, pero esa esponjosidad que
encontraba en los bordes, no la encontraba en el resto de la pizza, a no ser
que los bordes estuviesen crujientes, aun así, también le encantaban
- Bueno,
ya recogeremos cuando acabe la película
- Tranquila
ya lo hago yo
- Él, recogió
las servilletas de la mesa y las metió dentro de una de las cajas de pizza,
puso una caja sobre la otra, las sostuvo entre sus manos, y de repente ambas
cajas desaparecieron
- ¿Dónde las
has mandado esta vez?
Pues no
estoy muy seguro, al oeste, posiblemente al pacifico
- No me
gusta que tires basura al mar, por cierto ¿Dónde está mi móvil?
En ese
mismo instante, dos cajas de pizza, aparecieron a unos 60 metros sobre el océano
pacifico, no muy lejos de las costas del Caribe, nadie pudo verlas, nadie pudo
saber que aparecieron de repente allí en lugar de ser arrastradas por la marea,
a excepción de un gran blanco que en ese momento se encontraba bastante cerca
de la superficie, obviamente no sabía muy bien que eran esas cosas que flotaban
allí arriba, pero tampoco le importo mucho su ignorancia a la hora de comérselas,
unos minutos más tarde, el gran blanco pudo sentir una vibración que provenía de
su estomago (eso habría pensado de ser consciente de poseer un órgano llamado
estomago) y un ligero sonido ahogado, que se podía oír mejor si alguien hubiera
sido tan valiente como para poner su oído cerca de las branquias del escualo,
en ese mismo instante, a más de seis mil kilómetros, había un chico llamando al
móvil de su chica para intentar encontrarlo por el sonido.
7 de julio de 2013
¿Tiempo?
Te sientas en el sillón y mientras clavas tus codos sobre
tus rodillas me dices que quieres tiempo, más tiempo, como si me sobrara, como
si no tuviera algo mejor que hacer, que seguir esperando a que me mires.
Y yo pienso, ¿quieres tiempo?, pues siéntate tu a esperar,
no recuerdo ni la última vez que sangre por algo, es como si hiciera años que
no diera señales de seguir vivo, pero quieres tiempo y yo quiero que esto
duela, que mañana estés detrás mía y sea poco más que un mal sueño, pero no,
quiero que recuerdes, quiero que añores, que el tiempo pase y te arrepientas,
que todas las caricias fueron vacías y todas las risas ahogadas, que nunca tuve
la camisa manchada de tu carmín, que nunca me acosté oliendo a ti.
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