15 de septiembre de 2009

Aliento

Es la primera cena, no diré que casi puedo cortar los nervios, más bien me estorban por el pasillo al llevar los cubiertos, casi emulando a neo cuando se me caía una de las copas, por un momento casi vacilo y coloco velas, a veces casi me dejo llevar por los tópicos.

A pesar de que hemos repetido este ritual tantas veces, siguen erizándoseme los brazos, al sentirte sobre mí, como dejas caer tu vestido al piso, como vienes hacia mi mordiendo tu labio inferior, sigo erizándome, como el primer día.

¿Música? También es un poco tópico, pero supongo que no importaría algo así tranquilo, por un momento recuerdo a Bateman hablando de Phil Collins y su Sussudio, aunque yo no tengo esas aficiones, me decidí por algo tranquilo, Clint Mansell es mi hombre.

Gritas, pero esta vez, no gritas por placer, gritas por miedo, gritas por odio, gritas si, por lo que te hago, pero no gritas por placer, solo gritas, rompiendo el silencio de mi cama una vez más.

Reímos, durante el primer plato, dices que como se me ocurre poner tortilla en una cena de ese tipo, durante un momento mantienes la mirada en mi cara descompuesta y estallas en risas, diciendo que te encanta la tortilla y q me salga de lo original, a mi me encanta tu forma de engañarme, no sabía lo buena que eras en eso.

Tus labios me recorren, no hay trocito de mi piel que no explores con ellos, envueltos en sudor ambos simplemente caemos, luchando, simplemente caemos, amándonos, simplemente, simplemente caemos

Lanzas la copa a la alfombra, no me importa, porque antes de poder evaluar los daños del vino en ella, te lanzas sobre mí, besándome, mientras sigo teniendo mis ojos abiertos de par en par, sin creérmelo e intentado que mi copa no caiga, para evitar una sangría mayor aun.

Tus ojos carecen de sentido mientras aun tratas de comprender lo que está pasando, otros apartarían la mirada, yo la mantengo, te clavo mis azules mientras desapareces poco a poco de mi mundo, mientras desapareces de mi vida, mientras desapareces de mi.

Combinamos los dos a la perfección, es como si lleváramos juntos toda la vida juntos, tu mente, no, tu mente no puede ser cierta, mi ironía, tampoco, donde te metiste tanto tiempo me pregunto a mí mismo, donde me metí tanto tiempo, a que esperaba para encontrarte.

Caes, simplemente caes, los rubís rojos empiezan a brotar de tu cuello recorriendo tus curvas, recorriendo mis manos en tu cuello, dándole reflejos rojos a tu pelo negro, simplemente me quemaste, simplemente me mataste hace mucho tiempo y ahora solo estoy haciendo lo mismo contigo, ya no me dueles, ya no me quemas, ya no eres parte de mi pena, quieres decir algo, aflojo mis dedos y mientras dejas que una lagrima huya, me dices, me alegro que seas tú, la expresión de odio de mi cara cambia por completo por una de total duda, completas, si esto tenía que pasar, me alegro que seas tú.

Y entonces me matas tu a mí y veo, que equivoco, otra vez, que vuelvo a caer, que todo se derrumba, que equivoque, que sin ti mi alma grita, que sin ti las penas se ríen de mi, como siempre me equivoco, como siempre te hago daño, al final siempre fui yo, el que te empujo a todo, el que te mato poco a poco hasta este momento, no imagino un día sin tu cara, mientras pierdes la expresión en ella, no soy capaz de pensar un día sin oírte, mientras expulsas tus últimos balbuceos, y cuando comprendo que no soy capaz de vivir a tu lado, te miro y tu ya has dejado de hacerlo.

Y grito, mientras encierro a mi cabeza bajo mis brazos, para hundir mi cara contra la almohada roja y volver a gritar, mezclando lagrimas con sangre, mezclando odio con pena, mezclando mi vida con tu muerte, mientras grito, intentando de alguna manera, recuperar tu ultimo aliento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario