Frank
era un tipo peculiar, la pronta muerte de su padre no le acarreo mucha pena,
sobre todo porque al ser hijo único, heredaba toda la fortuna de este, la cual ascendía
a varios cientos de millones, así que de ser un tipo normal que trabajaba
enchufado en la empresa de su padre, se vio convertido en un multimillonario,
dueño de una empresa que facturaba cientos de millones, así que, si antes tenía
cosas caras, ahora tenía un coche más caro, una casa más cara, un reloj más
caro, ropa, zapatos, productos de belleza, televisiones, todo más caro, no
tenia amor pero podía comprarlo todas las noches y a veces a pares, también se tenía
a él mismo, sobre todo a él mismo, eso era lo importante, sin duda eso era lo más
importante.
Entre sus
costumbres se contaba la de cenar en sitios caros y esa noche abrían un nuevo
restaurante en la ciudad, de estos con nombres de platos más largos que la
cantidad de comida en sí, así que decidió reservar mesa e irse con unos amigos
a probar que tal estaba el sitio, amigos, en su mundo la palabra amigo tenia
realmente otras connotaciones, amigo era la persona que no te apuñalaba por la
espalda mientras tuvieras más dinero que él, después de eso, adiós muy buenas.
Así que
allí estaban, a pesar del servicio de aparcacoches, Frank era de la clase de personas
que amaban mas su coche que a otra persona, así que prefería aparcarlo él
mismo, entraron y se sentaron eran unas seis personas, de las cuales cuatro
eran prostitutas de lujo, eso sí, eso no podía faltar, aunque claro, era la
primera noche, así que andaba algo desbordados, después de tomar nota de las
bebidas, tardaron algo en servirlas, así que cuando el camarero que les había tomado nota llegó por fin con las bebidas, Frank, no podía dejar pasar la
ocasión
- Ya era
hora, eh
- Discúlpeme
señor, esta noche es nuestra apertura y no esperábamos tanta gente, asi que
andamos un poco disculpados
- No, si
a mí no tienes que darme explicaciones, a mi tienes que servirme al momento
- Discúlpeme
de nuevo señor, pero aquí hay más gente que ha esperado más incluso que usted
como comprenderá…
Frank se
levanto y se arremango la manga izquierda
- Mira,
don nadie, ¿ves este reloj? Este reloj vale más que tu coche y mi coche, valen más
que tú casa, asi que no parece que te haya ido muy bien, mas te vale hacerme caso
El camarero
no dijo nada, simplemente se retiro, las otras personas de la mesa estallaron
en carcajadas.
Pasaron
las horas, Frank y su grupo seguían allí, habían terminado un par de botellas,
eran los únicos, eran los últimos, a su alrededor los empleados ya estaban
recogiendo la sala, al menos tuvieron suerte de que Frank decidió que ya era
suficiente y se fue tambaleándose hasta su coche, los otros esperaron en la
puerta a que se los trajeran, y así fue, cuando llego al parking del
restaurante, su coche era el único que quedaba y allí se vio, dibujando ochos
con sus piernas mientras intentaba llegar a su coche, mas parecía un mono que
una persona, de hecho cuando llego al
capó, apoyo su mano contra el mismo y vomitó al lado de la rueda, se enfado
consigo mismo, si hubiera podido mantener la compostura se habría golpeado el
mismo en la cara, pero más le enfadó cuando se fijo en la rueda, estaba
aplastada, la palpo como pudo y encontró una raja de un par de centímetros, se
incorporo maldiciendo
- ¡HIJO
DE PUTA! ¿QUIÉN COÑO HA SIDO? ¡TE MATO!
Se giro
y si el aire fuera más denso le habría dolido los puñetazos que lanzaba al aire
mientras seguía escupiendo calamidades por la boca, hasta que de repente su
vista se nubló, aunque no por culpa del alcohol, le habían colocado una bolsa
en la cabeza.
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