El autobús seguía su ruta como todos los días recogiendo en el mismo
punto a las mismas personas en una rutina monótona pero necesaria, Charles
llevaba años conduciendo la linea KS, era una linea importante, pasaba por la mayoría
de los reclamos turísticos de la ciudad, museos, estaciones, así como el
ayuntamiento.
Cinco paradas antes del ayuntamiento entro en el bus una mujer con un
ceñido traje azul acompañado de un maletín negro y una sonrisa marcando su
cara, se sentó cerca del conductor y puso el maletín sobre sus piernas.
El autobús siguió su curso, como todos los días personas entrando y
bajando, llamadas de teléfono, algunos oyendo música, leyendo, pensando en su día
a día, cada uno con sus historias, la mujer del traje azul seguía agarrando su maletín sin perder ni un segundo la sonrisa de su cara.
El ayuntamiento no era más que un antiguo edificio de dos plantas de
viviendas, convertido en oficinas, con un patio central, a la entrada había un
detector de metal custodiado por dos guardias, Linn y Rachel. Linn era un
hombre alto y delgado, casi parecía que un día se partiría por la mitad al
intentar recoger algo del suelo, no le gustaba especialmente su trabajo, si no
necesitase el dinero y tuviera valor intentaría buscar otra cosa, al contrario
de Rachel, una mujer bajita y un poco entrada en carnes, se encargaba de
examinar los bultos que pasaban por el escáner de rayos x, le encantaba su
trabajo, quizás movida por la curiosidad que desde siempre había tenido, la
misma que de pequeña le hizo caerse escalera abajo en el sótano de la casa de
sus padres o la que le hizo descubrir a sus padres en pleno acto sexual cuando
apenas tenía 6 años. Esa mañana estaba siendo tranquila, apenas llevaban unas
horas, realmente cada uno era el soporte del otro, no tenían el suficiente
valor para confesárselo pero la razón mas fundamental para ir al trabajo era
ver al otro y así seguirían durante años, sin saberlo.
El autobús estaba llegando en ese momento a la parada del ayuntamiento,
la puerta trasera se abría y surgió la mujer del traje azul, con el maletín como no, caminando directamente hacia la puerta doble de entrada del
ayuntamiento.
Linn salió a recibirla
- Buenos días señorita ¿en qué puedo ayudarla?
- Buenos días, tengo una reunión con el señor alcalde, dentro de unos
minutos
- Está bien, espere un momento
Linn se giro hacia Rachel y esta ya estaba extendiendo su brazo con la
pequeña libretita que Linn se había girado para buscar, solo una sonrisa de
Linn basto para que Rachel se diera por agradecida. Linn abrió la pequeña
libretita, miro su reloj y empezó a buscar en la libretita.
- El alcalde tiene una reunión dentro de unos minutos con … -la mujer del
traje azul no dejo que Linn terminara la frase cuando dijo-
- Rien
- Efectivamente, por favor, deje el maletín en la cinta y sus objetos de
metal en la bandeja
La señorita Rien se acerco a la bandeja y puso su maletín al lado, lo abrió,
Rachel al verlo, tan dispuesta como siempre.
- Señorita no es necesario que nos enseñe que hay dentro simplemente déjelo
en la cinta
Cinta fue la última palabra que Rachel pronunció en su vida, la mujer
del traje azul había sacado un arma con silenciador de su maletín ni si quiera
Linn pudo reaccionar a tiempo cuando el arma ya le estaba apuntando a la frente
con la sonrisa de la señorita Rien de fondo. Un par de minutos después, como
bien había dicho Linn, la señorita del traje azul estaba reunida con el
alcalde, solo que este estaba de rodillas sollozando y pidiendo que no le
matara y ella seguía con su arma apuntándole a la cara.
- Señor alcalde, esto no es un secuestro, no se preocupe, pero me haría un
gran favor si llama a toda la prensa que pueda.
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