Lluvia
Silencio, el más rotundo y aplastante
silencio, tanto que casi puedo masticarlo, Olaf esta a mi espalda, esperando,
como yo, a que Meinz haga silbar al viento, Meinz esta subido a un árbol a
varios pies de nosotros, vigilando, el silencio sigue aplastándonos, me
incomoda, necesito oír gritos, sentir rugidos y mientras mis pensamientos se
embarcaban en un sueño de batalla, una flecha me arranca fríamente de ellos, es
de Meinz, Olaf ya ha empezado a correr, emprendo la carrera detrás de él,
viendo como empieza a empuñar a Hemcut en su diestra y a Meltu en su siniestra, los arboles son esquivos, los
pequeños matorrales son cortados de cuajo, sin freno, sin pausa, sin piedad.
La luz que teníamos delante cada vez se
hace más fuerte, mientras siguen silbando sobre nuestras cabezas mas flechas de
Meinz, maldita sea, a este ritmo, no habrá nada cuando lleguemos, pero me
equivoco, menos mal, cuando Olaf posa su pie en el claro, lo usa como apoyo,
veo como sube y como surge por debajo de él una silueta, oigo el sonido que
producen Hemcut y Meltu al unirse, Olaf cae, y la silueta comienza a desaparece
detrás de su cuerpo al mismo tiempo que una lluvia de sangre surge alrededor de
la silueta de Olaf.
Por fin llego yo, hay varios cadáveres en
el suelo con una flecha incrustada en su cuello, Meinz es implacable, un grito
a mi siniestra, es uno de ellos, viene corriendo y gritando hacia mí, no saben
luchar, atacan llenos de rabia, levanta la espada sobre su cabeza, es fácil
adivinar hacia donde caerá su tajo, como igual fácil es pararlo, separar su
cabeza de su cuerpo también es ridículamente fácil.
Olaf sigue avanzando sin piedad,
realmente deja de ser humano cuando blande sus armas, corro hacia él, apenas
queda nada que matar, dos mas se nos echan encima, Olaf y yo somos uno en este
momento, como una pareja de baile, acompasados, mezclándonos entre nuestras
armas, bailamos, ellos son toscos y siguen atacando con rabia, me agacho, no
son muy duros, las piernas del primero se separan con el paso de mi filo. Por
encima de mi cabeza, veo avanzar sin contemplaciones a Hemcut, que acaba en la
garganta del último, esta vez, la lluvia me cae de lleno.
Y de nuevo silencio, comenzamos el
registro, son solo dos tiendas, en las que apenas hay varias pieles de
animales, cuando salgo de ella, veo que Meinz llega, está contento, se ríe,
mientras recupera sus flechas de los cuerpos.
- - Los pillamos cenando
Dijo en tono burlesco mientras señalaba a
la hoguera, lo que un día fue el torso de un hombre, crepitaba sobre ella. Un
grito sonoro me aparto de aquella visión.
- - ¡No Hay Nada! ¡Nada!
- - ¿Y qué esperabas encontrar?
Es solo un puesto de guardia ridículo – Dijo Meinz-
Toda la experiencia y puntería que poseía
con el arco, la carecía en tacto.
- - Tranquilo Olaf – Me apresure
a decir – como dice Meinz esto es solo un puesto de guardia, lo que quiere
decir que vamos por el camino correcto.
Una serenidad casi divina lo invadió, su
expresión agitada se suavizo, envaino sus armas y mientras se giraba con un
gesto nos indico que siguiéramos adelante. Era tarde y aun estábamos en el
bosque, teníamos que salir de él.
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