19 de mayo de 2013

Lilium


Lluvia

Silencio, el más rotundo y aplastante silencio, tanto que casi puedo masticarlo, Olaf esta a mi espalda, esperando, como yo, a que Meinz haga silbar al viento, Meinz esta subido a un árbol a varios pies de nosotros, vigilando, el silencio sigue aplastándonos, me incomoda, necesito oír gritos, sentir rugidos y mientras mis pensamientos se embarcaban en un sueño de batalla, una flecha me arranca fríamente de ellos, es de Meinz, Olaf ya ha empezado a correr, emprendo la carrera detrás de él, viendo como empieza a empuñar a Hemcut en su diestra y a Meltu  en su siniestra, los arboles son esquivos, los pequeños matorrales son cortados de cuajo, sin freno, sin pausa, sin piedad.

La luz que teníamos delante cada vez se hace más fuerte, mientras siguen silbando sobre nuestras cabezas mas flechas de Meinz, maldita sea, a este ritmo, no habrá nada cuando lleguemos, pero me equivoco, menos mal, cuando Olaf posa su pie en el claro, lo usa como apoyo, veo como sube y como surge por debajo de él una silueta, oigo el sonido que producen Hemcut y Meltu al unirse, Olaf cae, y la silueta comienza a desaparece detrás de su cuerpo al mismo tiempo que una lluvia de sangre surge alrededor de la silueta de Olaf.

Por fin llego yo, hay varios cadáveres en el suelo con una flecha incrustada en su cuello, Meinz es implacable, un grito a mi siniestra, es uno de ellos, viene corriendo y gritando hacia mí, no saben luchar, atacan llenos de rabia, levanta la espada sobre su cabeza, es fácil adivinar hacia donde caerá su tajo, como igual fácil es pararlo, separar su cabeza de su cuerpo también es ridículamente fácil.

Olaf sigue avanzando sin piedad, realmente deja de ser humano cuando blande sus armas, corro hacia él, apenas queda nada que matar, dos mas se nos echan encima, Olaf y yo somos uno en este momento, como una pareja de baile, acompasados, mezclándonos entre nuestras armas, bailamos, ellos son toscos y siguen atacando con rabia, me agacho, no son muy duros, las piernas del primero se separan con el paso de mi filo. Por encima de mi cabeza, veo avanzar sin contemplaciones a Hemcut, que acaba en la garganta del último, esta vez, la lluvia me cae de lleno.

Y de nuevo silencio, comenzamos el registro, son solo dos tiendas, en las que apenas hay varias pieles de animales, cuando salgo de ella, veo que Meinz llega, está contento, se ríe, mientras recupera sus flechas de los cuerpos.

-              - Los pillamos cenando

Dijo en tono burlesco mientras señalaba a la hoguera, lo que un día fue el torso de un hombre, crepitaba sobre ella. Un grito sonoro me aparto de aquella visión.

-              - ¡No Hay Nada! ¡Nada!

-               - ¿Y qué esperabas encontrar? Es solo un puesto de guardia ridículo – Dijo Meinz-

Toda la experiencia y puntería que poseía con el arco, la carecía en tacto.

-              -  Tranquilo Olaf – Me apresure a decir – como dice Meinz esto es solo un puesto de guardia, lo que quiere decir que vamos por el camino correcto.

Una serenidad casi divina lo invadió, su expresión agitada se suavizo, envaino sus armas y mientras se giraba con un gesto nos indico que siguiéramos adelante. Era tarde y aun estábamos en el bosque, teníamos que salir de él.

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