Miro mi
copa, miro su cuerpo desnudo y muerto sobre el diván, tan bella, sigo bebiendo.
Mary
Anne una vida de tormentos y traumas de la que me está costando horrores arrancarla.
Todo se
remonta a su infancia, cuando tenía unos cinco años, su padre, que formaba
parte del cuerpo de policía de su ciudad regresaba borracho a casa un día sí y
otro también, complementando su embriaguez con una paliza diaria a la madre de
Mary, eso fue algo que se convirtió en rutina, desde el cuartito de Mary cada
noche era el mismo concierto, como en una ópera, la obertura comenzaba con el
continuo traqueteo y tintineo de las llaves de su padre intentando dar con el
hueco de la cerradura, la puerta y el telón se abrían, una calma que precede a
la tormenta, una introducción a la obra, su padre entraba en escena, la
obertura terminaba y daba comienzo a los recitativos, en primer lugar secco, su
padre gritaba, clamaba cualquier cosa que pensaba que necesitaba en ese
momento, gritos profundos que se clavaban en algún rincón podrido de la mente
de Mary, el secco pasaba a un acompagnato cuando su padre por fin encontraba a
su madre y la usaba como a un instrumento de percusión, la orquesta entraba en
escena al igual que sus golpes, las arias no tardaban en llegar, los gritos de
su madre, toda una melodía de sufrimiento, miedo y pánico convertida en sonido,
acompañados por los coros de su padre llamándola mala puta y demás lindezas que
se le ocurrían en ese momento, mientras Mary sin pedirlo, asistía desde su habitación
a ese recital que todas las noches su padre le brindaba, noche tras noche,
aunque una noche hubo algo mas, cierta noche cuando su padre termino el
concierto entro en la habitación de Mary, ella se hizo la dormida, pensaba que
si fingía no enterarse de nada, su padre no le haría daño, esa noche su padre
se metió en su cama y la abrazo con todas sus fuerzas, le dijo que la quería,
que su madre era una mujer mala y que por eso le pegaba, pero que ella era lo
mejor que tenia, que era su ángel y que la amaba, él la besó y ella se dejo
hacer, en parte por miedo, en parte por deseo, pero el miedo termino superando
a otro sentimiento cuando el cariño de su padre se convirtió en violaciones sistemáticas,
desde aquella noche, su padre acompañaba
las operas a su esposa con una fiestecita privada en el cuarto de su hija.
Mary está
destrozada, en todos los aspectos, su padre la rompió tanto que era imposible
que llevase una vida sana, hoy en día es una chica no muy alta, con el pelo
largo y un físico que roza la perfección, al menos para mi gusto, piernas
estilizadas, poco pecho pero muy bonito, un culo respingón que es la materialización
física de la suavidad.
La primera
vez que vino a mi consulta no tardo más de quince minutos en romper a llorar y
contarme todos los problemas que le acarreo los años de violaciones de su
padre, cuando consiguió salir del hogar familiar desarrollo un cierto apetito
por los hombres mayores que ella y una excitación por prácticas sexuales un
poco más duras de lo que suele ser habitual, hablando en plata, solo conseguía excitarse
cuando un hombre mayor que ella le pegaba de mala manera, como si solo fuera
capaz de obtener placer sexual reviviendo las violaciones de su padre, en sus últimas
declaraciones asegura que fantasea con volver a su casa y matar a su padre en
medio del coito, me dice que solo son fantasías, que no lo haría, que odia a su
padre, pero creo que la razón es mas enrevesada, intente ponerme en contacto
con sus padres, quería entrevistarlos para tener otro enfoque sobre cómo
abordar el caso de Mary, y lo que encontré fue una madre objeto sumida en una
vida servicial a un marido postrado en la cama por la artrosis, por lo que
supongo que el hecho de que Mary no cumpla esa fantasía es debido a que su
padre no podría hacerla realidad, de ahí a que a día de hoy siga buscando
hombres parecidos a su padre.
Por
otra parte dudo que sea capaz de matar, siempre que sacamos ese tema en las
sesiones se bloquea, sospecho que alguna vez su padre se pasó con las palizas a
su madre y Mary la vio casi muerta, resumiendo, Mary está bloqueada y lleva
veinte años así desde que su padre comenzó a violarla con cinco años, tiene
miedo a estar sola pero también tiene miedo al compromiso, detesta a los
hombres pero no puede pasar ni un solo día sin estar con algún que le pegue
mientras se acuestan, pero de aquí a unos meses ni si quiera eso consigue
excitarla, lo cual en parte no sería un problema, conseguir que dejase de lado una vida sexual que más de
una vez la ha llevado al hospital no está mal, pero sus visitas a mi consultan
han aumentado y durante las últimas sesiones no podía evitar excitarme cuando
me contaba con todo lujo de detalles sus relaciones, cosa que pienso no paso
inadvertida para ella.
Mary es
una persona que en lo privado solo me suscita asco, nunca ha avanzado en la
terapia, siempre me ha dado más la impresión de que solo venia porque
necesitaba desahogarse ya que los hombres que llevaba a su cama solo la usaban,
le pegaban y adiós, por lo que Mary para mí, no viene a ser algo mas valioso
que trozo de cartón que se te queda pegado en el zapato y que no puedes
despegarte, arrastras el pie una y otra vez y no se va, hasta que al final
tienes que quitártelo con la mano, mano que te manchas y debes lavarte, una pérdida
de tiempo.
Hoy se
ha presentado por sorpresa, no teníamos cita, pero aquí estaba, su pelo estaba
mojado, al igual que su ropa, decía que no había cogido paraguas y la lluvia le había pillado de sopetón, decía que se sentía angustiada y que necesitaba
verme, así que la invite a pasar al salón, se recostó en el diván y yo me senté
en el sillón a su lado, su camiseta empapada dejaba ver a la perfección el
dibujo de sus senos, sus pezones marcados no hacían mas que llamar mi atención,
comenzó a hablarme de que se sentía mas vacía que de costumbre, que apenas dormía
y que solo se sentía tranquila cuando estaba cerca de mi oyéndome, era como si
se riese de mí, no me hacia más que perder el tiempo, he intentado de todo con
ella y ninguna técnica ha dado resultado, no aguantaba más, cuando quise darme
cuenta, su camiseta blanca y mojada estaba sobre mi sillón, su mano sobre mi
nuca y yo sobre ella, mordiéndole el cuello mientras le entraba una y otra vez,
sus gemidos se metían en mi oído y viajaban hasta la parte más vieja de mi
cerebro, la más animal, esa parte que disfruta con los gritos femeninos, levante
la vista hacia sus ojos y por primera vez en todo este tiempo la vi feliz, tenía
una sonrisa de una punta a otra de la cara, una sonrisa que no soportaba ver,
lleve mis dos manos a su cuello y sin dejar de entrarle, apreté, apreté su
cuello con todas mis fuerzas, nuestros cuerpos seguían chocando y provocando
ese sonido tan característico de la carne, mi sudor se mezclaba con su sudor,
su sonrisa seguía en su cara, mis manos cada vez se juntaban mas con su cuello
de por medio, mis gritos de placer acompañaban al sonido de la carne, hasta que
un chasquido, un sonido seco, su vertebra quebrándose y mi éxtasis brotando
hacia ella dieron fin al concierto.
Por eso
ahora estoy aquí, mirando mi copa mientras miro su cuerpo desnudo y muerto en
el diván, tan bella incluso así pero tan rota como siempre, sigo bebiendo.