6 de abril de 2014

Los Viejos Tiempos


--          Al final del pasillo llegara al salón, allí verá a Margaret, es nuestra cuidadora, fue ella la que le atención por teléfono.

-          Vale, gracias, y por cierto ¿tiene fuego?

-          Aquí no se puede fumar, señor.

Dócilmente volvió a guardar el cigarro en la cajetilla y recorrió el pasillo esperando encontrar a Margaret y que este le aliviaría un poco al menos el día que llevaba. Cuando llego al salón solo vio ancianos por todas partes, unos veían la televisión, mientras otros se entretenían jugando con cartas, por fin, vio a una mujer ataviada con un pantalón y una camisa blanca agachada al lado de una mujer mayor sentada en un sillón que era la viva imagen de un cadáver, pensó que la mujer agachada debía ser Margaret, hablaba con la señora mayor, pero esta ultima parecía no escucharla, tenía la mirada perdida, daba la impresión de que ella misma estaba perdida en otra época, cuando por fin se levantó, él se acerco y preguntó

-          ¿Es usted Margaret? Hablamos por teléfono

-          Ah, sí le recuerdo, entonces buscaba a George Decker, ¿verdad?

-          Si, ¿está aquí?

-          Claro, lleva unos seis años con nosotros

-          Si pudiera hacer el favor de decirme quien es

-          Bueno, sígame

Mientras Margaret lo conducía hacia el jardín, el hombre no pudo evitar preguntar

-          ¿Dónde vamos? ¿Lo tienen encerrado?

Margaret lo miro con una sonrisa sin dejar de avanzar

-          ¿Encerrado? ¿A George? Nunca hemos tenido problemas con él, es solo que anoche llovió mucho y ahora  seguramente estará en el jardín

-          ¿Y qué hace allí?

-          Mírelo usted mismo

Acababan de llegar a una puerta doble de color verde con cristalera, Margaret la abrió, esta vez no había dudas, solo había un anciano de rodillas en el caminito asfaltado que se abría paso entre el césped del jardín. El hombre se acerco al viejo hasta que pudo ver con que pasaba el tiempo, el viejo estaba recogiendo las babosas del camino y llevándolas una a una al césped, Margaret estaba detrás de él.

-          Le gustan estos bichos, así que siempre que llueve viene aquí a apartarlos para que nadie los pise.

-          Espere, ¿me está diciendo que Decker, George Decker, cuando llueve sale corriendo como un niñito a quitar a esos bichos para que nadie los pise.

-          Ya lo está viendo.

-          Vale, discúlpeme un momento

El hombre se aparto de la escena mientras sacaba su teléfono móvil y marcaba

-          Oye,  vuelve a repetirme la dirección

-          ¿Qué pasa? ¿te has perdido?

-          Puede ser, estoy delante de Decker

-          ¿Y que aspecto tiene?

-          El de un viejo que se preocupa por qué no aplasten a unas babosas, no se parece mucho a lo que decía el informe

-          Es él

-          ¿Pero cómo va a ser este viejo alguien que mato a veinte personas?

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