3 de marzo de 2013

Decadencia

Apenas pasarían las nueve de la mañana, hacia como una hora que la maquina del café no paraba, los camareros corrían de una punta a otra de la barra, la cocinera apenas daba a basto con los pedidos, esa era una mañana, un hombre de mediana edad con el cabello corto y oscuro, fumaba mientras leía un periódico, una de las chicas que tomaban nota en las mesas se le acerco

- Disculpe señor, ¿le están atendiendo?

Una voz apareció detrás del periódico -estoy esperando a alguien

La chica se fue a buscar a otro cliente al que atender, un hombre de aspecto cansado, con mas años a su espalda de los que les gustaría tener, entro en la cafetería  se quitó el sombrero dejando ver una rubia y corta melena, rastreo con su mirada toda la cafetería hasta dar con su presa y comenzó a andar, apoyando delante de él su bastón negro, que siempre le acompañaba, con paso lento pero decidido se encaminó hacia la mesa del hombre del periódico y sin mediar palabra con el, se sentó.

De nuevo, sin ni siquiera bajar el periódico, la voz volvió a decir

- Llegas tarde

- Me gustaría ver como te desenvuelves tu a mi edad, con una pierna que no te hace caso y con un niñato engreído que te hace cruzar media ciudad para ir a una cafetería de mala muerte

La chica acababa de atender a otros clientes justo a tiempo para oír al viejo decir eso, pero como tampoco era la dueña del local, no le importaba lo mas mínimo, en cierto modo hasta compartía esa opinión.

- ¿Esperan a alguien mas o puedo tomarles nota?- dijo con cierta alegría fingida

- Un café solo- dijo el hombre que por fin había dejado a un lado el periódico y dejaba ver unas gafas enmarcando sus ojos- sin azúcar, por favor

- Estupendo, ¿ y usted señor? - le dedico una sonrisa al viejo que sin duda no era fingida

- ¿ Tenéis batidos?

- Si

- ¿Los hacéis vosotros con frutas naturales?

- Si tenemos la fruta, podemos hacerlo

- ¿Tienen cerezas?

- Si

- ¿ Y nata?

- Si, también

- ¿ Podrían hacerme un batido de cerezas, cubierto de nata, con una cereza sobre la nata y un poco de canela ?

- En principio si, no hay problema, ¿algo mas?

- Por favor, póngale una galleta, sentencio el viejo

La chica se marchó directa a encargar los pedidos, se pudo oir el grito de la cocinera al enterarse de que tendría que deshuesar las cerezas suficientes como para preparar un batido

- Child, sigues siendo un crío

Una punzada de nostalgia cruzo la mente de Child, -Nunca pretendí dejar de serlo, Ford

Ford apagó su cigarro y saco una pequeña libreta y un bolígrafo, a su vez la cocinera acababa de encontrar un bote de cerezas en almíbar deshuesadas, abrió la libreta por una pagina a medio escribir.

- ¿Te parece que empecemos directamente?

- Nunca me gustaron las formalidades

- Entonces ¿que pasó cuando llegasteis a la casa?

Child se apoyó en la mesa.

- Mis hombres y yo echamos la puerta abajo, y tan pronto como la puerta golpeo el suelo un olor nos golpeo en la cara tan fuerte, que dos de mis hombres ni si quieran se atrevieron a entrar, ¿sabes esas iglesias decoradas con huesos ?. El salón de aquella casa era el sueño húmedo de cara de cuero, muebles, paredes, cuadros, todo, absolutamente todo estaba hecho con huesos y por los cráneos que adornaban los resposabrazos de los sillones te puedo asegurar que no eran huesos de animales, pero si el salón parecía el escondite de algún perro travieso, el sótano era otro nivel, era el jefe final, no puedes si quiera rozar con imaginación lo que había allí abajo, me encargue de que condecoraran a los hombres que se atrevieron a bajar, realmente fue una medalla que me invente y que nunca llegaron a imponerselas, lógicamente  pero les pague unas cuantas cervezas, algo es algo supongo ...

- Child

Ford que seguía tomando nota, sabia que sin ninguna duda que si dejaba por un segundo que Child se desviara del tema, terminaría hablando durante de horas de películas, libros o vete a saber que se le ocurriría

- Si, si tranquilo, la cuestión  ¿adivinas con que había empapelado la pared de las escaleras? ¡ Caras !, parecía un muestrario de mascara para carnaval, aunque bueno, no eran expresiones muy alegres, supongo que no lo pasaron bien en sus últimos momentos, todas vacías  pero llenas de dolor a la vez, aun en día sueño a veces con ellas, si Preston y yo hubiéramos sido mas rápidos  si no hubiéramos sido tan estúpidos  en ese pasillo no habría encontrado tantas caras, estarían vivos y riendo, no habrían sido la diversión de un sádico.

Un sobrio café solo y un majestuoso batido de cereza con nata, canela y coronado con una cereza y una galleta cortaron el monologo de Child en seco, la chica volvió a regalarle una sonrisa a Child, - Que lo disfruten. Child se acerco el batido y antes de probarlo, cerro los ojos y aspiro su olor, algo no le cuadraba, acerco sus labios a la pajita y sorbió con fuerza, sin abrir los ojos lo degustó, lo apartó un poco y mirando a Ford dijo casi susurrando.

- No volveremos a quedar aquí, no son cerezas naturales

- Esta bien, no volveremos pero, ¿que paso con él?

Los ojos de Child se entornaron

- Ese día dejó de ser un problema, estaba allí mismo en el sótano, sentado, mirando a las escaleras, esperándonos  completamente tranquilo, ni cuando lo abatieron a tiros dejo por un segundo su expresión tranquila, mirándome directamente a los ojos

- ¿ Abatieron ? tengo entendido que solo había balas de un tipo de arma cuando se le practicó la autopsia

- Eso es cierto, solo disparé yo

- ¿Intento atacarte?

- No, no hizo nada, ni cuando entramos, ni cuando todos le apuntaban, ni si quiera pronuncio una palabra

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