Hace tiempo me contaron una historia, sobre Krowyen, ubicada
en el lecho de un rio era una ciudad llena de vida, sus calles empedradas eran
transitadas diariamente por cientos de personas, tanto extranjeras como nacidos
allí, las fachadas blancas de sus casas se mezclaban con las vigas marrones de
madera, estampadas por numerosas ventanas,
una ciudad conocida como “La Ciudad De Las Mil Flores”, y era un nombre
que bien se lo merecía ya que la variedad de flores en esa ciudad era inmensa,
tulipanes emperadores de varios colores, campanillas tigres de un color
anaranjado con pequeñas líneas negras que recorrían sus pétalos , pensamientos
de los que brotaban pequeñas bayas de sus pétalos, orquídeas araña de un azabache
con sus pétalos finos y alargados, flores del paraíso, exóticas magnolias,
rosas de cientos de colores distintos, incluso rosas con pétalos de distinto
color.
En Krowyen siempre existía la flor adecuada para cada
ocasión, para cada evento sea cual fuera su índole, siempre había una flor,
todos los días partían centenares de carros tirados por bueyes llenos de flores
para vender a otras ciudades, el cultivo de flores era un negocio prospero en
Krowyen del cual también se nutria la propia ciudad Krowyen, flores para bodas,
para adornar las mesas de los banquetes, incluso flores para las pastelerías,
para los famosos pasteles de flores de Krowyen, flores para las destilerías,
para las cientos de variedades de licores de flores y como no, flores para las
perfumerías de Krowyen, las mejores y más famosas de todo el continente, en la
calle Preison se concentraban todas las perfumerías de la ciudad, la de la
señora Fersh, especializada en las robustas y duraderas flores del trópico, la
de los hermanos Grene inventores de la fragancia múltiple, la cual dependiendo
de la hora del día, cambiaba su fragancia, aunque las malas lenguas solían achacárselo
al propio sudor, pero sin dudas la más distinguida, era la perfumería que regentaba
el señor Beaux, sus perfumes habían bañado el cuello de cortesanas y reinas,
desde Krowyen hasta las ciudades más allá del océano, incluso algunas
personalidades llegaban incluso a comprar la exclusividad de algunos de sus
perfumes para ser los únicos en usarlos, su fama se extendía mas alla de las
montañas del norte y de los mares del sur, cualquier nueva creación de Beaux
ocupaba la primera pagina de los periódicos más importantes del continente, al
igual que lo ocupo la noticia de su muerte.
Una tranquila mañana de verano el señor Beaux se dirigía a
sus campos de cultivo de flores, donde la vista se perdía en un manto kilométrico
de colores, a las afueras de Krowyen y como siempre andando, a pesar de estar
lejos, el siempre prefería viajar andando, nunca sabia que nuevos olores podría
encontrarse por el camino, y decía que no podía concentrarse con el traqueteo
de los carruajes.
Cuando llego al rio
Adiac, algo llamo la atención de su portentoso olfato, a mitad del puente, un
aroma le inundo las fosas nasales, hundiéndose dentro de él, casi podía degustarlo,
un olor extraño y llamativo lo hizo apoyarse contra el pasamanos de piedra del
puente , el aroma lo envolvía, apuraba todo lo que podía de la roca que lo
separaba de la caída, pero no fue suficiente, como si el aroma tirase de él,
sobrepaso la defensa del pasamanos y cayó hasta lo más profundo del rio, una
caída alta acompañado de una hora temprana en la que nadie estaba aun en la
calle fueron una combinación desastrosa para el señor Beaux.
Nunca se encontró su cuerpo, las malas lenguas dicen que no
fue un accidente, que la competencia le odiaba tanto, que no encontraron otra
forma de aumentar sus ventas más que acabando de raíz con el señor Beaux.
Asi que debido a tan trágico
accidente el peso del negocio recayó en esposa, Marie Anne Beaux, una mujer
robusta y tosca pero experta en la composición floral y en su hija Rose Anne
Beaux, una chica bajita y enclenque, casi insignificante al lado de su madre,
Marie Anne a pesar de su decisión a continuar el negocio familiar, carecía la
experiencia necesaria para la destilación y creación de perfume y su hija para
mayor desgracia, carecía de olfato en un mundo de olores y es en ella en quien
se centra esta historia, la pequeña e insignificante chica que no podía oler en
la ciudad de las mil flores.
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