27 de diciembre de 2009
Sereno
19 de diciembre de 2009
Retrazos
17 de diciembre de 2009
Creed (4/4)
15 de diciembre de 2009
Rotten
8 de diciembre de 2009
Patrick Bateman
Emmenez Moi
4 de diciembre de 2009
WhiteChapel
Es 14 de octubre, las calles de esta ciudad ruinosa son un reflejo de su precariedad, tan llena de lascivos, adictos al opio y a la absenta para terminar en el peor de sus males, esas mujeres, esas mujeres de vida pecaminosa que hacen caer en su lujuria a los hombres de bien, a hombres de provecho, ese es el verdadero cáncer de la ciudad arraigado en sus calles, extendiéndose por ellas e invadiéndola lenta pero efectivamente, pero es un cáncer extirpable, podre ir extirpándolo poco a poco, hasta sacar esa metástasis asesina de la ciudad.
Se acerca la media noche y aunque mi escalpelo ya grita en mi maletín, aun es demasiado pronto, así que, empiezo a caminar por las arterias y veo como la basura se acumula más por ellas, mire donde mire, allí se acumula, paso las horas andando, entre calles oscuras, eligiendo el mejor lugar y cuando lo tengo, dejo allí mi maletín del que saco un racimo de uvas, cortadas ese mismo día y a mi escalpelo acallar sus gritos guardándolo en un cinta dentro de la manga de mi abrigo, cosida a consciencia para esa función.
Vuelvo a la calle principal, donde es fácil encontrarlas cerca de los fumaderos de opio y de pronto sucede, al contrario de cualquier animal, la presa es la que ataca al cazador, se abraza a mi cuello e intenta seducirme con sus pobres palabras, pegando tanto sus manos a mí, como si quisiera rozarme mis entrañas, aunque sea yo el que en breve roce las suyas, le digo que es preciosa, la trato con dulzura, a diferencia de todos los malnacidos que hayan pasado hoy por sus brazos, soy el primero que le regala los oídos, eso le da confianza, le digo que me siga, que la llevare a un sitio tranquilo, pero es reticente, algo tan banal y voluble, que cambia de decisión cuando le enseño las uvas, que hace unas horas bañe en opio, me asquea su cuerpo sobre el mío, me asquea esforzarme en hablar con ella, pero algo, algo que no alcanzo a comprender me insta a seguir, a hacerlo una vez más, a seguir mi purga, por fin se deja llevar, intenta besarme, pero le digo que espere que lleguemos.
Cuando después de un camino de vomitivos acercamientos por su parte y excusas banales por la mía, llegamos al callejón donde reposa mi maletín impaciente, por fin, mi calmado escalpelo vuelve a gritar, ella ni siquiera se ha percatado de la presencia del maletín, entonces la dejo hacer, se pega contra mí y sus repugnantes labios empiezan a besarme el cuello, haciendo que mi rabia aumente por instantes, hasta el punto de no soportarlo, me la quito de encima y la pego contra la pared, la ilusa cree que es un juego sexual por mi parte, mi escalpelo cae de entre mi camisa y mi abrigo y ya puedo acariciarlo entre mis dedos, sin que ni tan siquiera pueda darse cuenta de que ocurre, mi mano ya ha cruzado su cuello y mi escalpelo se tiñe de ella, la sangre empieza a brotar de su garganta, sin duda alcance su arteria, la sangre hace que por instantes aparezca en mi cabeza la imagen del mago volándose la cabeza que vi la noche anterior, tal vez porque fue la última vez que vi sangre, tal vez porque aun sigo desconcertado, pero vuelvo a mirarla, es ahora cuando la encuentro realmente preciosa y se desploma, no tengo mucho tiempo así que empiezo a trabajar.
Hago la incisión en su tórax con forma de Y, cuando veo como es por dentro, es cuando empiezo a desearla, prometí brutalidad y brutalidad les daré, secciono el intestino delgado por su comienzo y su final, para poder extraerlo en su totalidad, una vez fuera, se me ocurre una idea un tanto extraña, pero que solo hace que me fascine conmigo mismo, así que, para que no coja frio, le hago una bonita bufanda con sus propias tripas.
Ya no se aprecia el corte de su garganta, pero su tórax sigue abierto y es cuando pienso en un puzzle, crear un puzzle humano, con todas sus piezas al descubierto, mi mano va por delante de mi mente y cuando reacciono ella ya esta hurgando en mi maletín en busca de mi sierra de huesos. Cuando la noto entre mis dedos, no trascurre ni un segundo en agarrarla y empezar a serrar la caja torácica, que dejo colocada debajo de la cabeza, a modo de almohada.
Este es el verdadero momento de gloria de mis cuchillos, mis manos trabajan solas, casi por instinto, comienzo a extraer uno por uno cada órgano y glándula que encuentro a mi paso, hasta que la vacio, pero al lado de ella están todas sus piezas, delicadamente colocadas, fuera de su marco, invitando a que alguien juegue conmigo y las coloque, en un intento desesperado por volver a crear vida.
Aquí ya he terminado, no puedo evitar el impulso de guardar un riñón y llevármelo conmigo, se de alguien a quien gastarle una pequeña broma con él, mientras me marcho ya me imagino a algún sereno o alguna asquerosa compañera de ella, descubriendo mi puzzle invitándolos a jugar.
3 de diciembre de 2009
Asalto de Fe
Oforomamorfo
2 de diciembre de 2009
Ansia
Atasque mis ansias para salir a una oscuridad que me vacia
Si estoy vacio por dentro no puedes imaginar si quiera
Como lo estoy por fuera
Cuando me canse de beber tus risas, empece a ser realista
Y comprendi que mi miedo no era nada, comparao con
Las crónicas de un pesimista
Corte mis alas, como Damon en Dogma, esperando
Demostrar que eras tú la que se equivocaba,
Sin darme cuenta que era yo el que fallaba,
Y mentí a Dios, mate a mi alma y Al pacino pacto conmigo,
Durante meses brillaba bajo la sombra de un acordeón,
Al que dejaba que poquito a poco se llevara todo lo que una vez fui yo,
No me fije en mis propias plumas quemadas, pues para mí no pecaba
Eras mi todo, eras mi amigo, eras mí sino, eras parte de mi camino,
Y solo estabas escudando todos tus defectos conmigo,
Y caímos, como Alicia, pero al final no hubo conejo blanco ni maravillas,
Me di cuenta que no eras más que una chiquilla, que pataleaba, por que
Su juguete preferido ya se desgastaba y gritaba desconsolada,
Para que no se terminara, para que no se acabara, pero yo falle este juego
Mucho antes de que empezara y aun Puzzle me castigaba, con algo peor que el dolor
Penitencia diaria y arrepentimiento duradero, envuelto entre falsos jazmines,
Que ocultaban la cara del miedo detrás de su perfume, que ni Jean-Baptiste Grenouille,
Apreciaba como si fuera uno de los 12 primeros.
28 de noviembre de 2009
26 de noviembre de 2009
Creed (3/4)
Desde primera hora de la mañana empezó a reunirse un cumulo de gente delante del teatro, la mayoría eran curiosos, aunque también había algunos magos e ilusionistas, desde novatos a auténticos profesionales, que habían tenido noticia de lo ocurrido hace dos noches en ese teatro, a ellos se les sumaban periodistas, algunos médicos que exigían estar esa noche en el teatro y bastantes carteristas que cenarían caliente gracias a los despistados curiosos.
Cuando se acercaban las 12:00 del medio día, Evan James, uno de los policías que cercaba el teatro en el exterior, cerraba los ojos y abria de par en par su boca para bostezar, un placer al que se abandono pensando que sería justo después de horas de paciente espera, de pie, delante del teatro, un placer que no le duro demasiado porque apenas cerraba los ojos, notaba como algo hacia que su casco, típico y característico de la policía de esa ciudad, se hundiera contra su cabeza, haciéndole caer contra la acera que bordeaba al teatro, le dolió mas el golpe contra el suelo que la pedrada contra su cabeza, pero mientras se incorporaba puedo ver como un grupo de jóvenes, se acercaba abriéndose paso entre la muchedumbre, si no fuera porque tenían orden de responder pacíficamente, posiblemente hubieran cargado contra la multitud, así que Evan al igual que sus compañeros se acercaron mas, haciendo más compacta su cerca humana al teatro.
Cuando el grupo se coloco delante de los policías que estaban delante de la entrada del teatro
El bombín de Tom Creo, estaba inclinado mientras miraba la hora en su reloj de bolsillo, el chico lo miro con rabia, como si fuera insultante que alguien le dirigiera la palabra.
En esa ciudad, tener un segundo nombre acompañado de Anderson, no significaba nada, a menos que ese segundo nombre fuera Alexander, los Alexander fueron los fundadores de la ciudad, su descendencia se extendió a casi todas las ramas, política, policía, sacerdocio, comercio, así como también a la corrupción y extorsión. En este caso, este joven Alexander Anderson, se encontraba en la rama de la religión, concretándolo, era un seminarista, acompañado de unos veinte seminaristas, que por miedo o admiración le seguían en su cruzada funeraria. Tom guardo su reloj y por primera vez, dirigió su mirada al chico.
Alexander balbuceo por primera vez, lo cual era lógico, estaba acostumbrado a que la gente acatara sus decisiones a la primera y este enfrentamiento le resultaba tan extraño como incomodo.
La ira que acompaño a esa última frase así como la fama que acompaña a los Alexander, hizo que en la mente de todos los reunidos allí, se hiciera factible la idea de que en unas horas, el cuerpo del teatro estaría bajo tierra, tanto por las buenas, tanto por las más que probables malas, con lo que todo quedaría en duda.
Alexander palideció de arriba abajo, una palidez que se torno carmesí, cuando empezó a apretar su mandíbula inferior contra la superior, la respiración del Señor Anderson, se torno agitada y violenta, Tom Creo, había conseguido desestabilizarlo y lo sabía, sabía que ahora el Señor Anderson solo se escudaría en lo primero que lograra componer su cabeza.
Y ese fue el golpe de gracia, la cara de Alexander se desencajo y señalo a Tom con su dedo
Alexander se giro y atravesó a la muchedumbre de una forma más violenta que cuando llegaba, los que iban con él, aun un poco incrédulos de haber visto a Alexander perder los papeles, le siguieron.
Tom volvió al interior del teatro y se sentó en una de las butacas, desde los palcos la vista seguía igual, los agentes paseaban entren las butacas, otros hablaban entre ellos, la carpa seguía nadando entre raíces, la sangre seguía seca, Aunque hubiera parecido que Tom, había salido intacto de su enfrentamiento con Alexander, el sudor se le empezó a acumular en la frente, a pesar de su casi insultante tranquilidad, sin duda era el que más intranquilo estaba, cada vez que posaba la vista sobre su compañero, una sensación extraña, le subía por cada una de sus vertebras, parándose en su corazón y helándoselo por momentos, llenándole la cabezas de preguntas, ¿se levantara?, ¿estará fingiendo?, medicamente estaba muerto, Jack Ripper había certificado su muerte, y esa misma tarde otro médico vendría, para volver a constatarlo, además sabia que el revólver era verdadero, así como las balas, el mismo, lo compro, para protegerse. Todo eso, le hacía sentirse inseguro por primera vez, había visto cosas extraordinarias, pero ninguna como esto que ahora ocurría delante de él, estuvo discutiendo consigo mismo hasta que la presión le pudo y simplemente, se durmió en la butaca.
21 de noviembre de 2009
The Last Man
Mírame, sigo aquí, mirándote, pensando que no hay otro lugar mejor que tu regazo, que sentirme perdido entre tus brazos y no en la isla, sin necesidad de orquídeas para salir, usarte como mi Arkham personal, para recuperar lo poco que queda de mi salud mental, como un extra preocupado, intento llamar tu atención en esta escena, en la que no hay cuerdas de piano atadas a dedos, pero si están tus dedos atados a la cuerda de mi vida, como si fuera un títere, sin memoria a largo plazo y sin cámara de fotos para recordar, tendría que clavar mi mirada en ti, para no olvidarte y así quedarme, clavado, como un espantapájaros seco, que apenas puede defenderse de los cuervos, tal vez, si me hundo delante, veas que no queda nada detrás de mí, que soy como Othar. Que no como corteza, mientras te prometo que falta poco, que estoy creando una historia que contar, que conseguiste envainarme, no como Tomoe, acabando con la lluvia de sangre, que no necesito mas placas de vidrio con manchas rojas secas, ni mi silla de barbero, que puedo guardar la hoja oculta que sigue mi credo y ahora solo quiero que al levantarme, estés ahí, dormida o despierta, pero ahí.
20 de noviembre de 2009
Juego Entre Las Sombras - Capitulo 2
15 de noviembre de 2009
Tasha88
Busco momentos, sobre todo cuando la noche cae sobre mí, para sentirme uno con el papel, andado detrás de esa evasión momentánea que él me proporciona, como un estúpido, lo venero y lo pongo sobre un pedestal, sintiéndome aliviado cuando a él recurro, sin darme cuenta de que es solo algo efímero, algo momentáneo, con lo que durante segundos consigo que mi mente se adentre en otros contextos, mas situaciones en las que ejerzo el papel de titiritero, en lugares que añoro pisar, en retazos carentes de sentidos pero que son bellos a la lectura, a fin de cuentas, mi mente se adentra dentro de ella misma, como en un bucle de locura y razón, buscando como dije, un momento de evasión, de esa rutina que me quema, porque cuando a él recurro, es más una desesperación, una súplica, para que me acoja y me acerque a lo que deseo, un ruego, un llanto, despreciándome a mí mismo, como un vulgar llorón, que quiere y no puede, que puede y no quiere, a fin de cuentas, cuando a él recurro, siempre busco lo mismo, acercarme a ti cuando no estás, a través de él, las palabras se convierten en caricias, las frases en abrazos y los párrafos en besos, una sensación efímera, pero me llena, una sensación imaginada, pero me roza.
13 de noviembre de 2009
So Cold
abrid, quiero salir de aquí,
de par en par,
escapar para mirar,
que el sol, se va a acostar,
entre mis manos,
que arderán por siempre,
escape de tu fango,
baile tu tango,
disimulando,
comi tu alma,
sin pensar,
dejame entrar,
un vistazo y a volar,
nadie se enterara,
y podre rozarte,
mis watchmen,
quieren vigilarte,
y poder salvarte,
quizás mutilarte,
no este bien,
ya sabes por placer ¿no?,
comeis mis sobras,
que dejo entre las sombras,
si me deshonras,
ya sabes que me sobras,
privame 15 años,
saldre sin sufrir daños,
y fúndeme como si,
fuera estaño.
12 de noviembre de 2009
Detesto (2/3)
Básicamente se dedican a buscar a nuevos candidatos para diversos puestos en la empresa y cuando tienen una lista, con las personas suficientemente aptas, me dan esa lista y yo me entrevisto con los candidatos.
Es muy entretenido, básicamente consiste en lo siguiente, por el interfono llamo al candidato o candidata por el nombre que figura en el primer curriculum del montón que me traen, la persona pasa a mi despacho, generalmente nerviosas, situación que contribuyo a empeorar quedándome unos 20 segundos mirándolo, en completo silencio, con mi puño derecho cogido por mi mano izquierda.
Por lo general, he diferenciado muchos tipos de candidatos, están los tímidos, realmente me encantan, puedes doblegarlos, pegarlos contra la pared, avasallarlos y se dejaran, nunca te levantaran la voz, ni pondrán en tela de juicio tus preguntas.
Los acatadores, son parecidos a los tímidos, con la diferencia de que si a estos les pidiera que me lamieran los zapatos, lo harían y la verdad, no sería la primera vez.
Los prepotentes, creen que están más capacitados que cualquiera para cualquier puesto y por lo general lo están, pero no los aguanto así que les doy puerta rápidamente.
La verdad he visto de todo, llantos, suplicas, intentos de asesinato hacia mí, intentos de suicidio hacia ellos, alguna vez la verdad es que casi los dejo, una vez realmente lo deje, pero no se atrevió, lastima, algunos intentaron colarse debajo de mi mesa, algunas se colaron y s postraron sobre ella, a las que por cierto, tampoco les di el puerto, sobre todo, por lo entretenido que era ver sus caras, al decirles, que no las contrataban, yo pensaba, ¿ pero acaso te dije que si me follabas iba a contratarte ?, lo diste por supuesto, gracias cariño, que pase el siguiente.
En definitiva no me quejo de mi trabajo, de no ser porque a veces me da algunas alegrías, posiblemente habría terminado tirándome desde mi ático del centro, justo como hizo Renard Luck, el anterior encargado de este cargo, ¿casualidad?, siempre pensé que fue un candidato descontento.
13:00 AM 22 de diciembre miércoles
Justo en 2 minutos entrara por la puerta de mi despacho y sala de entrevistas, Kia Soon, es una chica asiática, no sé muy bien de qué país, me lo ha dicho varias veces, cientos, miles, no la soporto, siempre está hablando de su país y apenas puedo recordar si es coreana, china, japonesa, pero todos los días a las 13:02 irrumpe en mi despacho, apoya sus rodillas en mi mesa y gatea estúpidamente, por el corto espacio que le proporciona mi mesa, hasta que agarrando mis hombros con sus manos, me besa es el menor momento, aparte del sexo, que tengo con ella, ese beso de las 13:02, acto seguido dice, “hoy iremos a” y termina con el nombre impronunciable de un restaurante grandiosamente caro y grandiosamente insípido, es curioso cuanto más caro es el sitio, menos sabe su comida.
Realmente a pesar de lo que creáis, soy un tipo sencillo para la comida, disfruto con un hamburguesa de carne de cobe, con lechuga traída de Italia y tomate español, queso alemán y cebolla francesa, sin olvidarme de sus patatas fritas, realmente me encanta, me parece un plato delicioso, pero en el trabajo y en mi vida social debo guardar las formas, esa es otra de las razones por las que dejo que me vean con Kia, es asiática, lo que me da un toque exótico y además como mujer, muchas podrían envidiarla, su pelo completamente liso, le llega por debajo de sus perfectos y parados pechos, siempre viste con vestidos ceñidos que dejan entrever, a veces ver, todas y cada una de sus curvas, pero si su cuerpo es perfecto su cara no se queda atrás, sus labios carnosos, acompañados de una nariz con el toque justo achatada, combinan a la perfección con sus enormes ojos negros, lástima que sea estúpida, si no la consideraría para algo más que sexo, comer, sexo mientras comemos.
Y aquí estoy en un restaurante de nombre impronunciable, que me saldrá caro, pero tampoco importa, Kia me lo sabrá retribuir, el ambiente del restaurante es parecido al del metro, siempre están las personas tipo. La pareja cuarentona, que apenas se dirige la palabra mientras habla, una mesa de ejecutivos molestos y sonoros, demasiado sonoros, un señor mayor perfectamente trajeado con un maletín entre sus piernas y nosotros, los dos jóvenes y apuestos ejecutivos, el apuesto y observador junto a la chica asiática despampanante con incontinencia verbal, por llamarnos de alguna forma. Siento como algunos de los sonoros ejecutivos fijan sus pupilas en Kia, eso hace que me sienta mejor, se que en ese momento me odian, pero mientras Kia, recita un discurso, sobre no se que costumbre de su país, como no, me ponen delante de mí, un filete de carne de ternera, asado a fuego muy lento, no demasiado hecho, acompañado de una menestra de verduras caramelizadas con vinagre de Módena, y entonces cojo el cuchillo, siento una descarga desde su punta, que recorre todo mi brazo, hasta llegar a mis neuronas, dándoles la orden de coger el tenedor, lo hago despacio, mientras de fondo, oigo algo de una anécdota sobre un señor llamado Yun, cuando he cubierto el tenedor con mi mano, entonces lo agarro y lo levanto, como un director de orquesta, comienza el concierto, cuando clavo el tenedor en el filete, me gusta ver como de las hendiduras, brota algo de sangre, totalmente liquida por la cocción a fuego lento, ahí es cuando mi mano derecha entra al juego, levantando los vibratos, mientras hundo poco a poco el cuchillo en el filete, cierro los ojos, así, consigo que el cuchillo, sea uno conmigo, que forme parte de mi propio brazo, siento como avanza milímetro a milímetro, desgarrando, eficaz pero suavemente la carne. Todo era perfecto, mi cuchillo se deslizaba firme, Kia sigue balbuceando sandeces que no me importan nada, o al menos, no más que el tendón que está matando mi tranquilidad, por que ha parado mi perfecto corte, a través del filete, ella sigue hablando, yo sigo serrando el tendón, Kia no calla, sigo sintiendo el cuchillo como una parte de mi, su voz se clava en mi cabeza y quiero callarla, siento el impulso de lanzar la mesa a un lado y clavarle el cuchillo en su precioso cuello, cortarle la tráquea, su verborrea se convertirá en balbuceos húmedos, balbuceos rojos y húmedos. No lo aguanto más, me llevo una mano a mi frente y me muerdo el labio, levanto la varita, los graves aumentan, los bajos se agitan nerviosos, los violines aumentan su ritmo frenéticamente en un perfecto crescendo hasta que corta el silencio. Y sus palabras empiezan a escaparse, pero antes, antes de su boca, se escapan por su garganta, fluyen por ella, se derraman por su garganta hacia sus perfectos pechos.
6 de noviembre de 2009
Insomnio
Son las cuatro de la mañana, sigo despertándome de madrugada, estas pesadillas en las que me disparan en la cabeza, son cada vez más frecuentes, me incorporo sobre los casi incorpóreos músculos de mis piernas y me acerco a la nevera, en un intento de llevarme algo dulce a la boca, pero nada, estamos casi a fin de mes y mi nevera esta casi vacía, ni un mísero cerebro, da casi tanta pena como mi aparato circulatorio.
Por un momento las arañas de mi cabeza, parece que se pusieran en marcha, así que decido irme un rato al salón a ver un rato la tele, pero a esta hora solo tele tiendas, aun así entretienen, un tonificador muscular, pero en qué cabeza hueca, cabe la idea de comprar un tonificador muscular, cuando apenas tenemos músculos, pero siempre habrá imbéciles que lo compren, esto me aburre, así que en un intento de acabar con mi insomnio me dirijo al balcón.
La ciudad está tranquila, pocas luces, como siempre, en la calle algunos se arrastran, otros andan lento, menuda panda de nostálgicos estúpidos, saco mi paquete de Zorlboro y me enciendo un cigarro, fumar es un lujo barato, desde que nuestro aparato respiratorio quedo inservible, así como para los que ya no tienen papilas gustativas, aunque eso me molesta, sobre todo con la temática de la comida, cada vez se esfuerzan menos en hacerla sabrosa y para los que si conservamos las papilas gustativas, pues, bah no importa, cocino de maravilla.
Ni el cigarrillo y el aire fresco consiguen que me entre sueño, ahora ya no nos afectan las enfermedades, ¡qué bien! ¡Qué bien!, pero si me quiero tomar una puta pastilla para dormir, tampoco sirve de nada, progres de mierda y claro como un puto golpe en la cabeza más que dejarme inconsciente puede arrancármela, me toca quedarme tumbado en la cama hasta que me duerma, cosa que no hare, por que el sueño me entrara, justo, cuando suene el despertador y tenga que ir al trabajo.
Creed (2/4)
La sala de teatro se consterno, el hombre yacía quieto en el suelo y su sangre empezaba a caer por el escenario hacia el patio de butacas, algunas personas corrían despavoridas hacia las salidas, otras estaban clavadas en sus asientos sin mover si quiera un átomo de su cuerpo.
Los más serenos proferían gritos exigiendo su dinero, exigiendo que el director del espectáculo, saliera a escena y diera explicaciones, Edward se levanto y se dirigió por el pasillo central de butacas, hacia el escenario, como hizo anteriormente. Cuando su pie se poso en el primer escalón oye una voz que le llamaba, se giro justo a tiempo para ver como la paloma, aun con el reloj colgado de su pata, volaba directa a su cabeza, con el tiempo justo para agacharse, logro esquivarla.
Cuando recupero la postura y encamino su mirada al escenario, oyó otro golpe seco y vio el perchero tirado y justo a su lado, estaba ajustándose el bombín, el hombre del traje gris con rayas blancas.
- - ¿Que ocurre Comisario?
- - ¿Cómo? Su compañero se ha suicidado delante de toda la sala y pregunta que ocurre
- - El aviso de que iba a hacer y en sus instrucciones nos cito en dos días
- - ¿Pero él ha hecho algo así antes?
- - Nunca me dice que hará en cada espectáculo y la verdad lo he visto realizar hazañas que nunca habría imaginado, pero lo de hoy me descoloca bastante, aun así, tengo fe en el
Edward frunció sus cejas, se dejo llevar por el misterio que rodeaba a esa noche y se giro al público
- - Por favor, abandonen toda la sala, si hay algún médico o entendido en medicina que se quede y también si hay algún periodista, que por favor se quede.
Los que aun, quedaban clavados en sus asientos, comenzaron a levantarse y a marchar, muchos conservaban una tez blanquecina, incluso algunos necesitaron que otros les ayudaran a caminar, cuando la sala se vació, solo quedaban dos hombres sentados en sus butacas. Edward se dirigió al que le pareció más maduro, le miro como esperando que tuviera un remedio para el cáncer, el hombre se dio por aludido y se levanto, vestía un traje completamente blanco, llevaba el pelo engominado hacia atrás y un fino bigote sobre su labio.
- - Me llamo Jack Ripper soy cirujano
Edward miro al otro hombre, más bien muchacho que se había quedado en la sala, este, tenía un aspecto más humilde, como lo delataba su aspecto, su traje, elegante, pero pobre, se le notaba nervioso, tal vez la situación lo superaba.
- - Trabajo para el Journal Diary –apenas balbuceo-
Con un movimiento de mano Edward indico a Jack que se acercara al escenario, miro al muchacho y dijo
- - ¿Cómo te llamas muchacho?
- - Marvin
- - Está bien, Marvin, quiero que escribas lo que has visto aquí, todo, desde que compraste la maldita entrada hasta este preciso momento y que lo publiques, ¿entendido?
- - Pero yo …
- - No quiero excusas, siempre andáis buscando noticias y cuando las tenéis ¿vas a ponerme excusas? Sal de aquí y haz lo que te ordena un agente de la ley
Marvin salió corriendo del teatro sin advertirle a Edward que él era el chico de los recados del periódico, Jack que hacía rato estaba al lado de Edward, carraspeo sonoramente.
- - Eh si, esto, Doctor Jack, ¿puede? ¿Podría certificar la muerte?
- - Señor oficial, no necesita de mis servicios, se ha disparado a la cabeza
- - Si, lo sé, lo sé, pero puede, es un mago, puede ser un vulgar truco, no sé, tómele el pulso, usted tendrá más credibilidad que yo
Un suspiro de resignación acompaño a Jack mientras se agachaba para tomar pulso al más que evidente cadáver, puso sus dedos índice y anular en el cuello del cadáver y comprobó por sí mismo, que delante de ellos solo se encontraba un cadáver mas, miro a Edward y con un movimiento de cabeza le indico que estaba muerto, Edward palideció aun más si cabe y clavo su inexpresiva cara en el hombre del bombín.
- - Solo podemos hacer lo que él dijo, esperar
Tras oír eso, Edward se dio la vuelta y comenzó a bajar las escaleras de una forma desganada y de la misma forma dijo.
- Hare que precinten el teatro para que no entren curiosos, usted se quedara velándolo y algunos de mis hombres también estarán con usted, Doctor Jack, gracias por su colaboración, puede retirarse, nos vemos en dos días señor …
- - Creo, Tom Creo
- - Hasta dentro de dos días
Y la puerta que se cerró tras Edward sentencio ese día de locos, a la mañana siguiente, como Edward aseguro, el teatro estaba totalmente rodeado de policías, Marvin, hizo bien lo que mejor sabia hacer, le conto todo lo que vivió al redactor jefe de su periódico, así que esa mañana ya media ciudad, estaba enterada de lo acontecido la noche anterior en el teatro y casi media ciudad se arremolinaba en los alrededores del teatro, ansiosos por saber si era cierta la historia del hombre que desafiaba a la muerte.
Edward visito el teatro varias veces para comprobar que todo seguía igual, aunque los hombres del interior tenían el deber de mantener la calma en el lugar, también los puso hay para que vigilaran que no sustituían al cadáver por un doble, o para evitar cualquier fraude, el hombre seguía justo como cayo, sobre su lado derecho, con el revólver a poca distancia de su mano derecha, la sangre que rodeaba su cabeza ya estaba seca.
Tom deambulaba por el teatro, no lo había abandonado, ni pensaba hacerlo, pasaba las horas allí, observando como la carpa nadaba entre raíces, hablando con alguno de los policías, hasta durmiendo en alguna de las butacas.
Ese primer día transcurrió con toda la normalidad, así como la noche, el segundo día fue distinto.
5 de noviembre de 2009
Creed (1/4)
El publico estaba impaciente, los ansiosos espectadores buscaban ser sorprendidos por magos novatos, ilusionistas de tres al cuarto que les sacara de la rutina, y justo cuando el último de ellos llegaba, corriendo retrasado, se apagaron las luces y del centro del telón surgió un hombre de estatura mediana, vestido con un traje de chaleco, gris con líneas blancas, doble botonadura y unos extraños zapatos negros y blancos que poca gente de los que llenaban el teatro, habían visto antes.
El hombre también portaba un bombín, el cual se quito y manteniéndolo sujeto con su mano izquierda, introdujo la derecha y empezó a buscar, mientras su cara tomaba una expresión de sorpresa, saco un reloj de bolsillo del bombín y dijo
- Es la hora
Siguió tirando hacia arriba del reloj y de el extremo de la cadena, surgió una paloma blanca, que alzo el vuelo con el reloj atado a su pata, la cual voló hasta posarse en uno de los alquifes de el palco izquierdo, cuando el publico giro su vista al escenario para dar el primer aplauso de la noche, el hombre había desaparecido, en su lugar, un brazo atravesaba el telón, sujetando una percha que portaba el traje que antes contenía al hombre del bombín, en ese momento el telón de abrió de par en par.
En lado izquierdo había un perchero, pero llamaba más la atención la mesa del centro, con una pecera enorme y dos pequeñas carpas naranjas, pero delante de la mesa, se encontraba otro hombre, vestido con los mismos extraños zapatos que el primero, y otro traje de chaleco este marrón, pero sin chaqueta, el cual sostenía la percha con el traje gris de líneas blancas.
Bajo la percha y se pudo ver su rostro, pelo corto castaño que parecía cortado esa misma tarde y perfilaba su cara con una perilla, inclino la cabeza un poco hacia la derecha.
- Buenas noches
Y se encamino hacia el perchero en el cual dejo el traje colgado y se encamino de nuevo hacia el público diciendo.
- Esta noche, todo lo que vean, será absolutamente real, no voy a engañarles, ni a pretender maravillarlos con trucos y juegos, todo lo que vean será verdad, justo como esta semilla.
Dijo mientras sacaba una pequeña semilla del chaleco de su bolsillo y se encamino hacia la pecera,
- Esto es una semilla de un tipo muy extraño de lirio, un lirio fantasma, los botánicos que estén en la sala, sin duda, sabrán que tipo de flor es
Soltó entonces la semilla en la pecera y se quedo observando, las carpas seguían nadando mientras la semilla empezó a hundirse, y una de las carpas nado directa hacia ella y se la trago, todo era normal, hasta que la carpa que se comió la semilla empezó a nadar de forma torpe y brusca. Hasta que de pronto se paró en seco y al contrario que todos los peces que mueren, la carpa se hundió hasta el fondo de la pecera y de su estomago empezó a brotar una ramita verde que se abrió paso hasta salir de la bañera, al tiempo que brotaban semillas de todas partes de la carpa, llenando el fondo de la pecera, amontonándose y dándole estabilidad a la ramita, que empezaba a dividirse en mas ramitas verdes, unas saliendo de otras hasta que una ramita, formo un capullo, del que broto una flor, con tres pétalos blancos y un cuarto pétalo dividido en dos, como si fueran dos colmillos, de un color rojo intenso.
- Acaban de ver, como se crea vida a partir de la muerte
El publico enloqueció, una flor germino en cuestión de segundos delante de ellos, se podía ver a algunos caballeros distinguidos aguantando las lagrimas de la emoción, mientras que otros rompieron a llorar.
El hombre se dirigió al perchero y metió su mano dentro de la chaqueta del traje, sacando un revolver mientras decía
- Por favor, les ruego no se asusten, lo que van a ver a continuación, romperá la lógica de todos ustedes, por eso lo explicare con todo detalle.
Se situó delante de la mesa, en donde la otra carpa nadaba entre las raíces del lirio
- Ahora me encañonare a mi mismo con este revolver, tengo entendido que tenemos una autoridad policial entre el público, le pido por favor que suba al escenario.
Un hombre de unos 50 años con un gran bigote gris que le cruzaba la cara se levanto, y cruzo la sala hacia el escenario, vestía un discreto esmoquin negro, como todos los hombres de la sala, subieron al escenario, se giro hacia el público y proclamo
- Soy Edward Radmun, jefe de policía de este barrio
- Señor Edward, me gustaría que como profesional, comprobara las balas de mi revolver y despejara dudas sobre su autenticidad
Edward sin mediar palabra cogió el revólver y abriéndole el tambor, saco y reviso una por una cada bala, devolviéndoselo listo para disparar dijo
- Sin duda todos los proyectiles de este revolver son auténticos
- Muchas gracias señor Edward, puede volver a su asiento
Cuando Edward se sentó, el hombre del escenario volvió a encañonarse justo en la sien
- Damas y caballeros, a continuación disparare contra mi propia cabeza
Todo el escenario se apago y una única luz enfocaba al hombre
- Como es lógico, caeré al suelo muerto y les cito aquí mismo, dentro de dos días, pues yo mismo me levantare de este escenario sobre mis piernas, pido que durante estos dos días, no se me mueva de aquí y que si lo desean, traigan médicos que certifiquen mi estado.
Algunos de los asistentes gritaron cosas como “Loco, es usted un insensato ““No juegue con eso “
- Sin más dilación, hasta dentro de dos días y buenas noches
Y el sonido del disparo callo toda la sala, seguido por el sonido del golpe seco del cuerpo contra el escenario, el cual empezó a cubrirse de sangre.
4 de noviembre de 2009
¿ Y Ahora Que ?
Bórrame
Quémame de tu vida
Sácame a la fuerza
Haz que no venza
Despierta a la bestia, Que atas
Desata a la bestia, Que duermes
Comprende
Que no queda salida
Si no eres mi vida
Es causa perdida
Y cae
Como un sueño que borro
En mitad los escombros
Resurges, salida del horno
Me gusta quemarme
Despiertas mi hambre
Y sabes que quiero asarme
3 de noviembre de 2009
Sobre " Juego Entre Las Sombras "
Juego Entre Las Sombras
" Los 10 Del Establo "
La mañana se presenta monótona, sentado entre papeles delante de mi escritorio, mientras las tuberías de mi monitor crecen sin parar, por mucho que busque en el, sigo teniendo las mismas películas que veo en las noches de guardia, en las que la ciudad parece saciada y no tiene sed de gritos, me extraño al ver que aun tengo cosas como la filmografía de kitano en el PC del trabajo, supongo que por cosas así me tienen como el rarito
-Por cosas así y por pensar en voz alta, Child
Y justo después de llenar la pantalla de café veo a mi compañera detrás de mí sin poder contener su risa por que llevaba un rato pensando en alto, otro triunfo social del gran detective conocido como Child.
-¿Cuánto tiempo llevabas ahí?
-Desde que empezaste a personificar a la ciudad como una psicópata ansiosa de sangre, pero tranquilo tenemos un aviso, venga
-¿Cuántos son? – pregunto mientras apuro mi café
-10
Vuelvo a llenar mi escritorio de café, ya no tiene arreglo.
Cuando empezábamos a llegar a las afueras, ya si empezó a extrañarme
-¿A dónde vamos?
-A una granja cerca de esta carretera
-¿Una Granja?
-Si, el dueño llevaba fuera varias semanas y ayer al llegar se encontró algo en su establo y no, no era la típica pareja aburrida y antes de que lo preguntes, si son 10 y por lo que se, fueron todos el mismo día, no es una especie de almacén, es una escena en toda regla.
No conteste, solo seguí mirando como pasaban los postes eléctricos mientras me acurruco en el asiento y me abrocho hasta el último botón de mi abrigo, estamos en pleno mes de diciembre y esta es una ciudad fría. Preston me condujo a través del trafico a una velocidad digna de un circuito de carreras, pensé alguna forma educada de decirle que íbamos a ver unos cadáveres, los cuales creo que era poco probable que no estuvieran allí cuando llegáramos, pero no se me ocurrió nada que la motivara a levantar las manos del volante. Un choque en la autovía nos hizo ralentizar el ritmo y puesto que ya no debía preocuparme por morir intente averiguar que íbamos a ver, pero todos los intentos fueron inútiles, Preston estaba demasiado ocupada odiando al resto de conductores. Después de unos 8.415 postes eléctricos aparcamos por fin delante de la típica granja bucólica de película con su establo rojo y todo, había 2 coches patrullas con sus luces encendidas, no había prensa ni publico, así que perdíamos la ventaja de que el asesino estuviera mezclado con los curiosos, el cielo estaba gris, parecía como si entre el establo y los coches quisiera estar a juego con la trágica mañana, en cuanto baje del coche el oficial Wahnsinn, era un hombre de unos 43 años, de origen germano, su nombre era casi tan impronunciable como su apellido, algunos le llamaban algo que fonéticamente sonaba como güan, yo personalmente prefería no llamarle.
-Buenos días detective Child
-¿Cómo es la escena Agente…, Agente?
-Es algo demasiado grotesco para describírselo agente, cogí el turno de mañanas para no ver cosas así, ya sabes, para alguna que otra pelea familiar o algún malentendido de tráfico, no para cosas así
- ¿Desde cuándo los asesinos solo tienen turno de noche, Agente?
En ese momento comprendí que mis impertinencias causaban en él un coma instantáneo y bastante extraño, se quedo parado mientras seguía avanzando de camino al establo, incluso cuando Preston, mi amable y psicótica conductora pasó a su lado.
Cuando atravesé el umbral lo primero que me llamo la atención fue ver a nuestro fotógrafo policial enfocaba al techo y la razón era un poco obvia, allí estaban los 10 cadáveres, carentes de piel, todos estaban colgados con un gancho atravesando sus estómagos, tumbados de forma horizontal mirando hacia el techo, con sus brazos y sus piernas caídas.
-Hacía años que una escena no te dejaba con la boca abierta –dijo Preston, de la cual no me di cuenta que estaba detrás de mi-
-Porque hacía años que no veía una escena así
-Hemos encontrado esta nota –dijo una voz estridente también detrás de mi-
-¿Hoy es el día oficial de acecharme? Déjeme verla
Y en una nota de color marfil alguien escribió:
“Dependo
Tanto que ya ni siento
Y he cambiado mi amor por el dolor que llevo dentro
Nada es justo, tantos pasos llevo dados tantas veces tropezado digo
Los sentimientos cumplen su misión, hacerme débil
Hacer de mí un requisito indispensable en esta empresa
Y ahora solo renazco”
29 de octubre de 2009
Mi Alma Voló
Quiero clavarme en el pupitre
Despertarme en un mundo que exige que siga
Respirando, soñando, matando sin ti
Obsesionado con 6 números como Hurley
Quiero volar en el ocho uno cinco
No soy parte de tu circo
No tengo salida no siento que siga mi vida perdida
Y quiero,
Atarte a la mesa
Rodearte de cinta
Sentirte, cortarte
Probar tu calor
Sentir tu sudor
Cortándome sin miedo,
Como el miedo que siento
Siento que soy el centro
De este círculo de tu infierno
Y quiero
Salir de ahí
Notar que sigo, Respirando
Batiendo mis alas
Que yo fui, vi y perdí
No quiero seguir
Sintiéndome
Clavado entre el maíz
Entre el maíz